El partido entre el Barcelona y el Real Madrid se aplaza hasta el martes próximo. Ocurrió en la temporada 67-68, y el comunicado se emitió el mismo sábado anterior al partido, con la plantilla del Real Madrid ya instalada en la ciudad condal. El precedente fue por una trágica causa. El futbolista uruguayo del Barcelona BenÃtez murió repentinamente el mismo sábado por una intoxicación alimentaria, con 27 años, en abril de 1968, el dÃa antes del clásico.
El partido se suspendió y se pasó al martes. Esa semana previa a su muerte, BenÃtez se habÃa entrenado el martes y se sintió indispuesto. Ya no volvió a ejercitarse más. Pero no quedó internado tras ser revisado por sus molestias. A pesar de la preocupación de los médicos (una urticaria habÃa sido el primer sÃntoma) se habló, en esos dÃas, de la posibilidad de poder jugar contra los blancos. Durante la semana empeoró. El viernes, los diarios deportivos decÃan que BenÃtez era duda, por «ligera intoxicación». Pero en la noche del viernes al sábado la situación se agravó considerablemente, lo que no recogieron las ediciones de los periódicos. El doctor Altisench explicó a la prensa local el viernes que «BenÃtez, con una infección intestinal, está con cuarenta de fiebre». Una infección tifoidea se habÃa apoderado de muchos de sus órganos, en especial del hÃgado. El sábado los periódicos ya recogÃan que serÃa baja para el choque. Esa mañana entró en coma; murió a las cuatro de la tarde. El partido, que se jugaba al dÃa siguiente, se suspendió y se trasladó a 48 horas después.
El encuentro estaba previsto para las siete y media de la tarde y televisado, aunque el mercado asiático, en 1968, no se resintió… El aplazamiento mantuvo el horario y la tele (solo habÃa dos cadenas de televisión en España). «Nosotros acogemos la petición de aplazamiento del Barcelona como un deseo propio», manifestaron fuentes del club madridista, concentrados en San Andrés de Llavaneras. La expedición madridista se quedó desde el fin de semana en Barcelona y se entrenó en instalaciones que facilitó el club azulgrana.
El Real Madrid era lÃder, con tres puntos de ventaja, y cuatro jornadas por disputar. HabÃa viajado en coche cama la noche del viernes al sábado, como era costumbre entonces, sin imaginar el futuro drama, una noticia inesperada en el dÃa siguiente: la muerte de un jugador rival, la muerte de BenÃtez. La plantilla del Barça se enteró del fatal desenlace en la concentración de Castelldefels. «BenÃtez ha muerto» fue el titular de la mañana, en los periódicos, ese dÃa de partido. En el Camp Nou se instaló una capilla ardiente por la que -dicen los cronistas- pasaron más de 100.000 aficionados, además de jugadores de ambos conjuntos. Santiago Bernabéu dijo que, además de la presencia del vicepresidente Lusarreta, enviarÃan una gran corona de flores y «nuestros jugadores estarán junto al camarada fallecido». El cuerpo de BenÃtez fue velado desde las siete de la mañana que se instaló la capilla ardiente. El Español fue el primero en enviar telegrama. El lunes a las cuatro de la tarde fue el entierro. La comitiva se desplazó desde el palco del Camp Nou, a la iglesia de San Odón, hasta el cementerio de Les Corts. En la jornada del domingo, el Atlético de Madrid, que habÃa enviado una corona de flores, se enfrentó al Athletic en el Manzanares. En el partido hubo un emotivo homenaje: los jugadores depositaron dos ramos de claveles rojos en cada lateral derecho, y los dos defensas de cada equipo, Colo y Saez, los retiraron para el comienzo del choque, acompañados de los capitanes y el árbitro.
El dÃa de partido en el Camp Nou, los dos equipos, al salir al terreno de juego, fueron aplaudidos. Se guardó un emocionado minuto de silencio y ambos conjuntos portaron brazaletes negros. El partido fue de una rareza inusual, se notaba en el ambiente la profunda conmoción. Un directivo madridista habÃa dicho: «Es un sentimiento tan grande como si hubiera sido un jugador de nuestro equipo. Hay que pensar que mañana nos puede pasar a cualquiera».
La crónica de ABC de aquel Barça-Madrid destacó los aplausos que se llevó el Real Madrid en el campo de su enemigo, por acceder a la petición de aplazamiento «por el señorÃo con que el club madridista se ha comportado con el Barcelona en estos dolorosos momentos». El choque acabó con empate (1-1) con el que los blancos acariciaban la Liga. Una derrota les hubiera colocado a un punto, con el gol average particular adverso. BenÃtez fue un lateral derecho de una gran técnica y extraordinaria potencia. Jugó siete temporadas en el Barcelona, en las tres últimas casi siempre sin faltar. En la quiniela, aquella semana, el pronóstico acertado fue un «dos». Porque el Deportivo de la Coruña ganó en Badalona 0-1 y era el primer partido suplente.
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