José Manuel Otero Lastres el 22 jul, 2016 De nuevo, les pido perdón apreciados lectores por escribir por tercera vez consecutiva sobre la posición de C,s en la investidura de Mariano Rajoy. La razón de que vuelva sobre el tema es que próximamente va a celebrarse una nueva ejecutiva en la que se volverá a tratar de la postura de ese partido ante la votación de investidura de Mariano Rajoy. Y no me resisto a efectuar algunas consideraciones. “A día de hoy” el acuerdo de la ejecutiva es que C,s se abstenga en la votación de investidura. La ejecutiva del partido considera que ellos ya han dado un paso a favor de la nueva legislatura pactando con el PP la configuración de la mesa del Congreso. Y que ahora le toca al PSOE dar otro a favor de la investidura, que sería la abstención, de tal modo que con ello habría gobierno y podría ponerse en marcha el nuevo curso político. En la reflexión de ayer, ya comenté que no es el PSOE, sino Ciudadanos, el que tiene que seguir dando pasos. Y no solo para que haya gobierno con los 137 escaños del PP, sino para que haya un pacto de gobierno que dé estabilidad a la legislatura. Ayer escuché en una tertulia televisiva que, al parecer, el gran obstáculo que opone C,s para votar a favor de Rajoy es la grave situación en la que se encontraría Albert Rivera si después darle su apoyo y hasta entrando a formar parte del gobierno -ojalá que así fuera-, volviera a salir a la luz un nuevo caso de corrupción. Pues bien, si de verdad es éste el obstáculo que impide a C,s apoyar al PP, siento decir que, más que argumento, suena a disculpa, y no estamos en tiempos de excusas, sino de velar por el interés de España. Y ello por las dos siguientes razones. En primer lugar, C,s ya ha suscrito pactos de investidura en Comunidades Autónomas con partidos salpicados por casos de corrupción, como en Andalucía y Madrid. Después de los pactos surgieron en esas Comunidades nuevos episodios de corrupción y el prestigio de C,s no sufrió absolutamente nada por ello y precisamente sus votos fueron los que ayudaron a poner fin inmediatamente a las responsabilidades políticas de los implicados. Y, en segundo lugar, la corrupción –y lo he escrito con reiteración- es antigua, aunque se manifiesta ahora. La clave es, por tanto, contribuir a que en lo sucesivo no vuelvan a darse nuevos casos de corrupción y responder con firmeza a las que vayan saliendo de tiempos pasados. Pues bien, una de las mejores maneras de atajar la corrupción futura es coadyuvar con el PP –desde dentro del gobierno- para reforzar la vigilancia y la represión de esta lacra social. A la vista de lo que antecede, creo que la ejecutiva de C,s debe meditar seriamente su futura posición en la próxima investidura haciendo una especie de cuenta mercantil. Abrir las partidas del DEBE y del HABER y poner en el primero los argumentos para negar el apoyo al PP y en el segundo los argumentos a favor. Si hacen esta operación y la visualizan en una pizarra, estoy seguro de que los sensatos miembros de la ejecutiva verán que hay varias razones objetivas en la partida del HABER y que en las del DEBE hay sobre todo razones personales y muy poco importantes si se mide su relevancia utilizando como parámetro el interés general de España. Al contrario que otros, pienso que para convencer a la ejecutiva de C,s a que haga un pacto de gobierno con el PP, no hay que subrayar lo malo que les puede suceder si no pactan, sino hacerles ver lo mucho que pueden ganar de acuerdo con su ideario si lo hacen. Otros temas Comentarios José Manuel Otero Lastres el 22 jul, 2016