José Manuel Otero Lastres el 25 jul, 2018 Lamento, queridos lectores, tener que volver sobre los pagos encubiertos que está haciendo Pedro Sánchez por los apoyos recibidos en la moción de censura. Es un tema farragoso y seguramente carente de interés para la gran mayoría de la ciudadanía. Pero me veo en la obligación de tratarlo para poner de manifiesto hasta qué punto fue capaz Pedro Sánchez de mercadear con la Constitución hasta lograr la presidencia del Gobierno. Ayer se publicó la noticia de que el gobierno de Pedro Sánchez había acordado con el PNV la reiterada de dos recursos interpuestos por el PP contra dos leyes vascas: la ley de víctimas policiales y la ley de presupuestos autonómicos de 2018. El Gobierno del PP había recurrido ante el Tribunal Constitucional la ley de victimas de la violencia policial en democracia por entender que incluía competencias para investigar delitos invadiendo con ello competencias exclusivas del poder judicial. Y la de presupuestos vascos porque preveía una subida salarial para los funcionarios vascos antes de que los presupuestos generales del Estado autorizasen las condiciones laborales del conjunto de los funcionarios públicos de España. No es, querido lector, que con estas medidas y otras similares que vendrán el PSOE quiera aligerar el excesivo trabajo del Tribunal Constitucional retirando paulatinamente recursos que fijarían los límites de la Constitución. Es que poco a poco empieza a verse que la verdadera razón por la que se desalojó al PP del Gobierno de la Nación nada tenía que con una hipotética “regeneración democrática” ni con liberar a España de la agobiadora política de recortes de las libertades. Antes al contrario, el PSOE y los partidos que apoyaron la moción de censura lo que no soportaban del PP era la seriedad con la que se toma el cumplimiento indeclinable de la promesa de defender la Constitución y las Leyes. Para el PSOE, en cambio, salvo que se trate de un claro golpe de estado jurídico como el que dieron recientemente los sediciosos catalanes con la Declaración Unilateral de Independencia de Cataluña, todo lo demás es “negociable”, depende del precio. Y si lo que se cobra es la presidencia del gobierno con todos los cargos anejos que permitirán emplear al menos durante algunos meses a muchos militantes, ¡qué más da ir desmontando poco a poco la estructura del Estado Central dejando que los nacionalistas invadan competencias exclusivas de aquél! Y es que si, según se dice, el rey hugonote francés, Enrique IV consideró que “París bien valía una misa”, Pedro Sánchez y los socialistas habrán pensado que la presidencia del gobierno de España y los cargos inherentes bien valen la disimulada “venta troceada” de la Constitución. Otros temas Comentarios José Manuel Otero Lastres el 25 jul, 2018