Aquellos de ustedes que tienen la deferencia de leer este blog son testigos de que he sido muy crítico con Pedro Sánchez, por su desmedida ambición y su obsesión con Mariano Rajoy, así como por la senda por la que lleva a su partido.
Pero habrán comprobado también que siempre he defendido la necesidad de que el PSOE sea un partido de gobierno con vocación mayoritaria. Por eso estuve de acuerdo con la línea de Javier Fernández y de la gestora. Y es que por encima de cualquier partido me preocupa España y especialmente su estabilidad política, económica y social.
Muchos de los hacen comentarios en este blog no se fían del PSOE y no son pocos los que piensan que, sobre todo desde que está Sánchez al frente, solo esperan una oportunidad para sacar tajada de la crisis institucional que plantea el independentismo catalán. Y creo que no les falta razón. Porque es tan enfermiza la ambición de Pedro Sánchez que le han faltado claridad y contundencia para defender la Constitución.
Pero si lo que antecede es cierto, no lo es menos que numerosos alcaldes del PSC no solo se han opuesto al referéndum del 1 de octubre, sino que han tenido la valentía de rebelarse contra las presiones, amenazas e insultos de los obnubilados separatistas y sus descerebrados adláteres.
Por eso, coincido –por una vez y sin que sirva de precedente- con Pedro Sánchez y mantengo públicamente que “la razón está del lado” de dichos alcaldes. Lamento todas y cada una de las amenazas que han recibido y que detalló Miquel Iceta en Santa Coloma de Gramanet, incluida hasta la amenaza de muerte que recibió la alcaldesa de Hospitalet Nuria Parlón.
Alabo también la valentía del comunicado del PSC en el que dicen que “no quieren callarse ni esconderse”. Por eso, me sumo a esos valientes socialistas que son alcaldes y concejales en más de 350 pueblos de Cataluña y les agradezco su actitud de defensa de la Constitución en un clima y unas circunstancias muy difíciles.
Espero que el tiempo demuestre que esta no fue una actitud oportunista y que el PSOE se mantenga en estos momentos críticos en la senda constitucional. Aunque si es posible, con mayor claridad y firmeza, y despejando las dudas de oportunismo.
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