¿Alguna vez se han preguntado porqué blusas y camisas tienen los ojales en lugares diferentes? ¿Cuál es el origen de la distinción por sexo de una prenda de vestir?Â
Como casi en todo, existen varias teorÃas al respecto que demuestran que historia, roles de género y costumbres alambican nuestra vida hasta los niveles más insospechados.Â
No está de más recordar que aunque el botón fue utilizado desde la prehistoria, se empieza a fabricar en serie en el siglo XII. Los primeros botones eran de moluscos o conchas perforadas, y en la Edad Media, de cuerno, cristal y hueso. Fue en el siglo XIII cuando los botones empezaron a ser un elemento decorativo de moda, como los camafeos. También representaban un alto estatus económico.Â
No debemos olvidar que hablamos de una época en la que los hombres utilizaban espadas. Los hombres debÃan desenfundar sus armas sin trabarse al alcanzar el lado izquierdo del cuerpo. Según esta teorÃa histórica, explicada por el escritor David Lance Goines, necesitaban desabrocharse la camisa con la izquierda para poder blandir la espada con la derecha.  Esta justificación del cierre de la camisa del hombre como figura militar se encuentra ampliamente documentada en historiadores como Megan Garber o Chloe Chapin.Â

Alrededor del año 1500 nació la blusa, y en su origen era una prenda destinada a las mujeres adineradas, que no se vestÃan solas, sino que tenÃan doncellas a su servicio que les ayudaban en tales menesteres.  La co fundadora de la firma Elizabeth & Clarke, Melanie Moore, explica que como la mayorÃa de criadas eran diestras, los botones se colocaron del lado izquierdo para facilitarles la tarea de abrocharlos. Y este origen clasista, finalmente, se convirtió en una costumbre que ha perdurado hasta el dÃa de hoy.Â
Hay otra teorÃa basada en la maternidad. Tradicionalmente, las madres cargan a sus bebés con el brazo izquierdo, dejando la mano derecha libre. Los botones cosidos a la izquierda facilitarÃan a la mamá desabrocharse más fácilmente la blusa para amamantar a su hijo.Â
Una tercera teorÃa se basa en que las mujeres cabalgaban con ambas piernas colgando del lado izquierdo, por lo que si los botones estuviesen dispuestos como en las camisas masculinas, sus blusas se llenarÃan de aire.Â
Como ven,  existen diversas ideas (más o menos historiadas, clasistas o estrambóticas) que justifican una diferencia obsoleta en pleno siglo XXI pero que acatamos por costumbre.Â
