No hay manera mejor de resumir la situación actual del PSOE que esta fotografía: la incómoda y absurda manera de darse los tres candidatos la mano de cara a la prensa.
Pedro Sánchez, triunfador, cual tuerto en país de ciegos, acoge y recoge bajo su pecho las manos de Patxi López y Susana Díaz, cuyas caras son sendos poemas.
No dejen de fijarse en la extremidad de López, con dedos sin sangre dada la fuerza con la que Sánchez agarra su mano.
Es éste un apretón de manos de superioridad ya que las manos de Pedro siempre están por encima de la de sus contrincantes. Al tener el portavoz socialista los brazos rígidos y dirigir las manos hacia abajo obliga a Susana y a Patxi a ponerse en situación sumisa.
No sé si ustedes saben que el gesto de dar la mano es un vestigio que nos queda del hombre de las cavernas. Habrán podido ver en las películas de romanos que la gente también se estrechaba las manos, aunque lo hacían agarrándose por la muñeca. Esta forma de saludarse se remonta a los griegos, ya que cuando se cruzaban dos viajeros de pueblos diferentes lo primero que hacían era sacar sus dagas y ver cómo reaccionaba el contrario. Si veían que no iba a haber pelea, enfundaban el cuchillo y se agarraban la muñeca antes de ponerse a dialogar.
Hay que ver cómo hemos evolucionado. En nuestros tiempos, muchos dan primero la mano y luego clavan el cuchillo. Y en la casa de Ferraz, el baile de las dagas no ha hecho más que comenzar.
