Aunque este post, con ligeras variaciones, fue publicado el año pasado, me parece interesante volver a rescatarlo. La netiqueta en las redes es cada vez más importante, pues vivimos en un mundo cada vez más digital y menos analógico. Son necesarias ciertas pautas de empatía y comportamiento cuando nos vemos forzados a relacionarnos en grupos de whatsapp cerrados, formados en su gran mayoría por extraños, como es el de los colegios.
Con el inicio del curso escolar y las extraescolares, los teléfonos de muchos padres empiezan a echar humor. Utilizar el WhatsApp es el método de comunicación más rápido y eficaz que hay. Es el sistema ideal para comunicar informaciones importantes de manera puntual acerca de los intereses de los niños.
Los grupos del colegio nacen con una buena intención, un objetivo común, que es mantenerse al día con las andanzas escolares de nuestros hijos, pero también corren el riesgo de ser un foco de conflictos.: hay mensajes que llegan a horas intempestivas, se pueden malinterpretar o abordan temas que no tienen nada que ver con el ámbito escolar
Estos grupos de padres son congregaciones temporales en los que hay que tener dos cosas claras: uno, hay que pertenecer (si no quieres ser el padre- paria de la clase) y dos, hay que silenciarlos desde el minuto uno.
Muchas veces son un timeline de actualización frenética, sobre todo cuando hay muchos participantes y si son especialmente activos. No hay moderador, con lo que es fácil hablar a la vez, se pueden mezclar los temas y se pueden acumular decenas de mensajes en segundos.
No voy a entrar a discutir los límites educativos de estos grupos, ya que muchos opinan que terminan esclavizando a los padres al convertirlos en agendas de sus hijos (“me pasáis los deberes de mañana”), sino que vamos a ver algunas normas de comportamiento de este gran patio de recreo en el que nos encontramos los padres todos los meses de septiembre:
– No hace falta presentarse. Tener ochenta mensajes que digan “soy Fulanita, la mamá de Menganito” no es útil ni productivo.
– Los grupos de más de diez miembros no son prácticos, así que hay que tener paciencia. Muchas veces se mezclarán temas, o se tardará en responder las dudas de todos.
– No se discute por WhatsApp, se insulta o se falta al respeto. Al fin y al cabo, estás discutiendo con la madre de un compañero de tu hijo para ver si a la profesora se le regala un reloj o un bolso ¿en serio es para tanto?
– La palabra escrita puede ser fácilmente malinterpretada, no hay que envalentonarse por el anonimato digital: mañana puedes encontrarte a ese padre en la puerta del colegio.
– Por este mismo motivo, no hay que criticar a los docentes. Si se tiene un problema con un profesor, es mejor hablarlo con él en privado. No es constructivo descargarse en el grupo.
– Todos somos padres: no hagas de papá de los demás. En todos los cursos hay una madre (padre es más raro) que se erige dueña del grupo y trata a los demás como si de ella dependiera la supervivencia de la clase, el colegio y hasta la ciudad si la apuras. Es esa que no duda en compartir fotos del horario de las clases, de lo que acaba de preguntarle a la profesora o de cómo hay que hacer las manualidades que nos encargan.
– No lanzar rumores contra el centro ni sus profesores.
– Evitar fotos innecesarias que solo hacen que consumir datos y memoria del teléfono, tipo “hoy mi hija se ha traído a casa este jersey, ¿es de alguien?” Esta frase implica recibir al menos 25 mensajes que dicen “mío no”.
– El lenguaje escrito tiene las suficientes herramientas para expresar el tono el que enviamos un mensaje. No es educado recurrir a las mayúsculas para expresar que gritamos.
– Es conveniente revisar la ortografía antes de pulsar la tecla enviar. No sólo por evitar errores puramente gramaticales, sino porque el corrector puede jugar malas pasadas y hacernos tener falos fallos enormes.
– En un grupo de estas características, hay momentos de grande actividad como son inicio de curso, horarios, fiestas de navidad.. en WhatsApp no hay límite de caracteres, así que lo mejor es no acaparar espacio y enviar todo en una misma frase
No
Dar a enviar
Cada una o dos palabras.
Es descorazonador ver de pronto que se tienen cien mensajes o más por leer.
– En WhatsApp se premia la brevedad y el ser concisos. La aplicación no está para mantener conversaciones largas.
– Los grupos de colegio sirven para gestionar temas de carácter educativo, no información de carácter político, personal o religioso.
– No se puede hacer publicidad ni venta de ningún tipo.
– Es conveniente respetar los horarios, ya que al ser un grupo de tantas personas, no se sabe cuándo unos u otros trabajan: no se escribe de noche ni en fin de semana.
– Evitar en la medida de lo posible emoticonos como la caca con ojos o la sevillana del flamenco. Es un grupo laboral, no de colegas.
– Hay que evitar enviar fotos privadas o que no tengan nada que ver con el contexto del colegio. “Este domingo fuimos a la sierra, os lo recomiendo”, y acompañar el texto con 10 fotos de tus retoños retozando entre ovejas no interesa a nadie.
– Los grupos del colegio son para tratar temas que conciernen a todos. Si tienes que seguir una conversación con alguno de los miembros, hazlo de manera personal, aparte.
Protocolo social