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Blogs Protocolo y etiqueta por Maira Álvarez

Diez Mandamientos para una invitada de boda

Maira Álvarez el

 

 

 

 

 

1. Evitar el color blanco y negro

El blanco es un color que se reserva para la novia, así que hay que evitar vestir de este color o similares: beige, blanco roto, tizas…

Una boda es una fiesta, y el negro es un color más reservado para los funerales. Si es una ceremonia de día, queda prohibido tajantemente. Si es una boda de tarde- noche, se puede llevar un vestido negro pero con detalles que lo “alegren” como son complementos en colores vivos que le resten seriedad.

 

2. Menos es más, siempre

En una boda, la protagonista es la novia. Si una invitada destaca sobre las demás, por lo general, es porque va incorrectamente vestida. La gente no tiene porqué entender de etiqueta, pero sí sabemos ver (y criticar) cuándo una mujer lleva encima cuatro capas de maquillaje,  se ha puesto un vestido rojo con un cinturón amarillo chillón o si lleva un capazo de la compra como bolso…

 

3. No llevar minifalda

Una boda es un acontecimiento social y familiar, no una ocasión para lucir cuerpo.  El vestido corto siempre es bien aceptado, tanto de día como de noche, pero mirando siempre que el largo termine o por las rodillas o  unos centímetros por encima de éstas.  Hay que tener especial cuidado si la boda es muy protocolaria, o religiosa. No confundir tampoco vestido corto con un cóctel de fiesta.

 

4. Llevar siempre medias

Aunque haga calor, se puede optar por llevar medias de verano, que son casi imperceptibles y mejoran el tono de la piel y tapan varices y venitas.  Con zapatos de tacón o salón, nunca hay que llevar las piernas desnudas.

 

5. Adecuarse al tipo de ceremonia

La etiqueta dicta normas diferentes para una ceremonia civil y para una religiosa. Tampoco es igual casarse de día que de noche. Desde luego, si los novios exigen un vestuario preciso, hay que seguir siempre su petición (recuerda que es su día, no vayas a destacar tú… por desobedecer). Si tienes dudas de vestuario, lo mejor es preguntarle directamente a la novia, ella en su cabeza tendrá una idea muy precisa de cómo quiere que vayan vestidos sus amigas y familiares.

 

Audrey Hepburn en “My fair lady”. ¿Cuánto pesaría ese sombrero?

 

6. No te quitarás el tocado o pamela

Igual que los hombres no pueden quitarse la corbata durante el convite, las mujeres no deben quitarse jamás el tocado que lleven sobre la cabeza, así que piénsalo bien antes de decidirte a comprar esa pamela con esa pluma tan chic que mide veinte centímetros….  Tendrás que soportarla durante toda la velada. Recuerda esta norma: si molesta, es que has elegido mal.

 

 

7. El pantalón también es elegante

Cada vez es más habitual ver a invitadas con pantalones de vestir en este tipo de ceremonias. Los monos, con un discreto cinturón que resalte las curvas, están muy de moda en primavera. El pantalón debe ser ancho, y con mucha caída. Se debe acompañar de una blusa y una chaqueta entallada. Hay que jugar con los complementos para feminizar este conjunto: unos buenos tacones siempre ayudan.

 

8. Evitar la exhibición de joyas

Con un vestido de cóctel, lo más elegante es no llevar reloj, al menos que sea de los llamados “reloj joya”. Hay una máxima que reza que mejor pocas joyas, y buenas.  Si se opta por bisutería (más adecuada en bodas diurnas) que sean piezas discretas, y sin un tamaño excesivo. Adecúa las joyas al vestido que vayas a ponerte.

 

9. El bolso pequeño, siempre

Para una boda, lo más elegante son los clutch, bomboneras o bolsitos de mano.  Un bolso joya aporta un plus de elegancia al conjunto elegido. Hay que evitar a toda costa los bolsos tipo bag, los que llevas en el día a día o las mochilas (horror).

 

10. El zapato en su punto justo

Un poco de tacón aporta un plus de feminidad y sofisticación a cualquier conjunto. Si no soportas los tacones, o no los llevas en tu vida diaria, no te subas a zapatos con tacones de más de 6 u 8 centímetros porque a la media hora, tu vida se va a convertir en una tortura. Casi mejor opta por zapatos con tacones anchos (no plataformas) o con un poquito de cuña.

Si por el contrario no puedes vivir sin tacones, piensa que en una ceremonia de día y eclesiástica, tampoco es demasiado adecuado que te presentes con stilettos de aguja de doce centímetros… si el cóctel se celebra en un césped, o en un suelo empedrado, tienes muchas papeletas de convertirte en la anécdota de la boda.

 

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