¿Y qué es el protocolo?
Explicado de otra manera, el protocolo es el arte de ordenar
. El gusto por las normas y las reglas es inherente a nuestra condición
humana. Desde los tiempos más remotos se conoce la existencia de pautas de comportamiento. Hay historiadores que han encontrado expresiones protocolarias en los jeroglíficos egipcios.
En el verano de 1503, los Reyes Católicos ordenaron a sus escribanos que tuvieran un libro encuadernado o “protocolo” donde se recogieran todas las escrituras que ellos hubiesen otorgado, con los nombres
de los contratantes, fechas, cláusulas y circunstancias especiales.
Con las creaciones de las Cortes, los nobles desarrollaron otro concepto que sigue siendo muy importante a día de hoy: la educación. La nobleza no sólo se distinguía por sus títulos, sino también por su manera de comportarse ante el Rey y ante sus vasallos. Hay numerosas
novelas de la época en las que se describe cómo debían comportarse las damas y caballeros educados.
Y es que la manera de comportarse dice mucho de la gente. Una persona capaz de adaptarse a las normas, de proyectar una buena imagen, con buenos modales, y con conocimiento esencial del protocolo social siempre tendrá más puertas abiertas que otra que no. Decía Gabriel García Márquez en su obra Crónica de una muerte anunciada: “Mi hijo nunca salía por la puerta de atrás cuando estaba bien vestido
”.
Para esto sirve el protocolo: saber cómo comportarse en cualquier evento y ante cualquier persona. En definitiva, cómo hacer más fácil nuestra vida y más amable para los demás.
Protocolo