Resulta fácil que uno esté formulando muchas repeticiones innecesarias sin darse cuenta. En los medios de comunicación, los principales difusores del lenguaje español de mala calidad, está a la orden del día el pleonasmo “nexo de unión”. Un nexo es precisamente un lazo, de modo que la segunda parte del sintagma sobra: todos los nexos son de unión. También resulta curioso eso de la “cita previa”. Si una cita es un señalamiento para verse, resulta obvio que hay que fijarlas por adelantado. Uno de los tópicos de las páginas de crónica negra es “brutal paliza”, que parece sugerir que también las hay suaves. En español de América sonaría casi poético: “una dulce golpiza”.
Las connotaciones del pleonasmo o repetición en demasía no son siempre negativas. La segunda acepción del término en el Diccionario de la Academia habla precisamente de eso: “Demasía o redundancia viciosa de palabras”, pero la primera hace referencia a una figura retórica que utiliza vocablos que resultan innecesarios para que la oración tenga sentido completo, pero que añaden expresividad: “Lo vi con mis propios ojos”. Otras veces escribimos que un coche bomba voló “por los aires” o decimos “me lo sé de memoria”. Es verdad que también existen las expresiones “me lo sé de pe a pa”, “me lo sé de carrerilla” o “me lo sé, pero lo tengo cogido con alfileres”. Pero también es cierto que el lugar de alojamiento del conocimiento es siempre la memoria.
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