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Frases dramáticas de madre (II)

Frases dramáticas de madre (II)
Rafael Cerro Merinero el

Por su parte, la abuela no utiliza la voz habitación sino la más hermosa alcoba, de procedencia árabe y sonoridad en consecuencia. Suele pronunciarla llevándose las manos a la cabeza para decir “He venido demasiado pronto a regar los geranios y he encontrado a tu hermana retozando con su novio en mi propia alcoba”. Le duele mucho más que sus descendientes se rindan a la naturaleza en esa pieza que, por ejemplo, en el cuartito de las escobas. Es que elige las colchas con mimo y siempre las tiene planchadas sin una arruga.

 

 

El todopoderoso Dr. Manhattan afirma “He caminado sobre la superficie del Sol” y, con la misma solemnidad, la abuela le dice al nieto “Tu hermana ha venido a mi casa a…a…¡a festejar!”. Él traga lágrimas de risa muy saladas y adopta para siempre el verbo festejar para describir la coyunda.

La abuela repite durante décadas dos frases que son las dos caras de una misma moneda: “Ten cuidado” y “Te lo dije“. La afirmación axial es “Ya te dije que esa chica no era para ti”. Sólo en contadas ocasiones añade la cuidada precisión taxonómica “¡Menuda lagarta!”. Al final, la chica abandona al novio y la señora acierta, y dice “Te lo dije”, pero porque lleva catorce años advirtiéndolo y las parejas se acaban. Otra de sus sentencias es “La juventud se endroga”, pero nada dice la abuela de las amas de casa coetáneas que desayunan optalidones ni de los currantes que desayunan un sol y sombra a las seis de la mañana y luego manejan maquinaria pesada o conducen un camión de seis ejes. Los jóvenes son fuente y eje de todo mal.

Las progenitoras profieren amenazas implícitas de delación como “Ya verás como se entere tu padre”. No se alcanza la auténtica categoría de madre sin haber pronunciado la interrogación “¿Tú qué te has creído, que esta casa es una pensión?”. Existe la variante de especificidad, la mítica: “¿Vosotros pensáis que esto es el Castellana Hilton?” No es imprescindible, pero sí muy folclórico, el vaticinio vitalicio “Ninguna de esas pelanduscas te va a querer como te quiero yo”. Por cierto: la palabra correcta es “pelandusca” pero, a base de repetirlo, las madres han conseguido que “pelandrusca” aparezca en el avance de la vigésima tercera edición del Diccionario de la Academia.

En todo caso, aunque tengas siete hijos, no serás madre mientras no hayas dicho: “El día menos pensado cojo la puerta y ahí os quedáis”.

Más vida en @rafaelcerro

 

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