Hace dos semanas, ABC me encomendó la tarea de cubrir la información de VOX para el periódico. Eso supone asistir a todos los actos de la formación polÃtica y adentrarse en las entrañas de un partido que ha revolucionado el centro derecha, como en su dÃa sucedió con Podemos en el ala izquierda de la polÃtica. Observar, analizar, hablar con sus dirigentes polÃticos y escribir con objetividad e independencia sobre lo que veo.
Nunca habÃa asistido a mÃtines de VOX, solo conocÃa a Santiago Abascal, desde la época en que militó en el PP, sobre el que tuve la responsabilidad de escribir en ABC durante muchos años. También conocÃa a algunos expeperos que se pasaron a este partido, decepcionados con la deriva del PP de Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de SantamarÃa.
No llevo mucho tiempo, por lo que no puedo hablar con una precisión milimétrica de lo que se cuece en este partido y entre sus votantes, pero de lo que he visto puedo decir que tengo algunos datos para afirmar que mucho cuidado deben de tener los dirigentes de izquierdas a la hora de tildar con desprecio de fachas y pijos a sus votantes.
No caigan en el error, algunos habrá, pero la base de VOX es una amplÃsima clase trabajadora, una clase media, e incluso baja, cansada de que se ataque a España, de que con sus impuestos se financien a inmigrantes ilegales que llegan a España y se benefician de su sanidad, su sistema educativo y su estado del bienestar, sin aportar un euro, mientras ellos pagan sus impuestos. Esos que ahora Pedro Sánchez les quiere subir ¡Ojo!, no lo digo yo, lo dicen ellos.
Son gente que vive de la caza, la misma que el PSOE quiere prohibir, que es fiel a sus costumbres y tradiciones cristianas y que no quieren que le digan, desde los púlpitos de izquierda, qué es lo que tienen qué pensar o hacer.
Y para muestra un botón: las 20.000 personas que abarrotaron ayer la Plaza Colón de Madrid. Todo un aviso a navegantes. No creo que alguna vez sean mayorÃa, a lo mejor me equivoco, pero sà van a tener mucho que decir después de las elecciones del 10 de noviembre y pueden condicionar, a largo plazo, un futuro gobierno de centro derecha.
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