Si el apoyo o no de Ciudadanos a las iniciativas que ha presentado el PSOE al Pleno de esta semana es el termómetro para medir la temperatura de las relaciones entre ambas formaciones polÃticas, yo dirÃa que ha empezado a subir la fiebre. Vamos, que parece que empieza a detectarse un malestar entre los firmantes del pacto de gobierno que ya rechazó el Parlamento.
Hoy, en los pasillos del Congreso de los Diputados, no se hablaba de otra cosa más de que si Pedro Sánchez le va a poner los cuernos a Albert Rivera con Pablo Iglesias o si el lÃder de Ciudadanos, como mujer herida, empieza a desmarcarse del lÃder socialista, que dispara a todo lo que se mueve a ver si se puede casar con alguien.
Lo que está claro es que Ciudadanos ha empezado a sacarle la patita al PSOE, asà se refleja en las votaciones que se realizaron ayer en el Pleno del Congreso. Los de Rivera se abstuvieron en la Proposición de Ley del PSOE para paralizar el calendario de implantación de la LOMCE, como adelantó ABC; y votaron junto al PP en contra de derogar la Ley de Seguridad Ciudadana. Si realmente Rivera hubiera querido escenificar un acercamiento al PSOE hubiera votado junto a los socialistas.
Y además, si añadimos las duras acusaciones que le hizo Rivera desde la tribuna de oradores a Pablo Iglesias sobre la financiación de Podemos por parte del Gobierno venezolano de Hugo Chávez, a través de la Fundación CEPS, queda claro que Ciudadanos no está dispuesto a entregarse con armas y bagajes a Pedro Sánchez.
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