El PP ha sufrido esta derrota histórica, esperada y que para mà no ha sido ningun sorpresa, porque la ira acumulada durante estos últimos cuatro años, por la corrupción y por la tibia actitud del Gobierno de Rajoy con Cataluña y el alejamiento de los principios ideológicos de los populares, la ha terminado pagando Pablo Casado.
Ninguna razón era suficiente para convencer al exvotante del PP para que volviera a su casa madre. Se negaban a aceptar que Pablo Casado representaba a otro PP, que los corruptos habÃan sido expulsados de sus filas, y que Casado representaba esos principios ideológicos que ellos habÃan reclamado.
El exvotante del PP ha preferido dividir el voto y permiter que el PSOE ganara las elecciones y pudiera gobernar con Pablo Iglesias y los independentistas, antes que cerrar filas y hacer frente a la hegemonÃa de la izquierda. SabÃan las consecuencias, y votar a VOX significaba abrir la puerta a la izquierda.
Ni VOX ha sacado el resultado que se esperaba, ni el 1+1+1 en el Senado, qué gran error haberse creÃdo ese mensaje lanzado por la izquierda, ha servido para nada. VOX no ha sacado ni un senador y la división de ese voto ha permitido al PSOE tener la mayorÃa en la cámara.
Solo un dato para la refelexión de esta derecha dividida y que debe, a mi juicio recapacitar: el conjunto de la izquierda ha obtenido 11.213.000 votos y el conjunto de la derecha 11.276.000, pero al final la derecha ha tenido muchos menos escaños. Si hubiera estado unida, hoy estarÃamos hablando de otra cosa.
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