No sé ya que le falta hacer a Fernando Simón para seguir denigrando su trayectoria profesional y su papel de portavoz del Gobierno de Sánchez en la peor pandemia que ha sufrido España. Realmente no entiendo cómo se le mantiene al frente de una responsabilidad tan importante, si no fuera porque bueno es Sánchez si tiene que dar su brazo a torcer porque se lo pide la mayoría, soberbia que se llama.
Después de la escapada a Portugal de vacaciones cuando se le pedía a los españoles prudencia en su movilidad, de querer ser una estrella televisiva participando en un programa, ahora suelta un chiste machista y se queda tan pancho. Por no recordar cuando decía que no pasaba nada por ir a la manifestación del 8M, que lo de las mascarillas como que no era muy efectivo y que no se iba a pasar de dos o tres fallecidos por el coronavirus.
Pues con todo este currículum a sus espaldas, parece que no es suficiente para que lo cesen ipso facto como director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias. Porque la situación actual se merece que alguien serio sea la cara de un Gobierno desnortado que se ha lavado las manos para que nadie le pida responsabilidad por no haber preparado el país para la segunda ola de esta pandemia. Porque la gente se merece que no se le falte el respeto con chistes y espectáculos como los que día sí y día no nos regala, ofensivamente, Fernando Simón.
Simón se ha convertido en el bufón de la corte de Sánchez, que va saltando de televisión en televisión soltando sus gracias, sin que a nadie le provoque más que estupor y vergüenza.
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