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Blogs Pido la palabra por Paloma Cervilla

El referéndum-chantaje de los sindicatos

Paloma Cervilla el

Empiezo a estar un poco cansada de las declaraciones de algunos políticos y sindicalistas que están convirtiendo la política en un chantaje y un desafío constante a las instituciones del Estado y al poder legislativo y ejecutivo, que salió de las urnas en las últimas elecciones generales. Una desobediencia civil en toda regla a todo lo que se le interponga en su alocado camino hacia la consecución de sus objetivos, se ajusten a la legalidad, o no.

 

Primero vino el presidente de Cataluña, Artur Mas, diciendo que él va a convocar un referéndum para decidir sobre la independencia de esta Comunidad, sea o no constitucional y sea legal o no. Vamos, que convertido en el Rey Sol de Cataluña, no se sabe en virtud de qué derecho histórico, quiere hacer lo que le da la gana y embarcar a la sociedad catalana en una espiral de locura política que se le puede volver en contra. Y ahí están los sondeos electorales que le están avisando que su desafío independentista no le está dando ni un voto más. Los catalanes no son tontos y aunque tienen una identidad como Comunidad diferenciada, con su riqueza cultural y su personalidad propia, no quieren que les enreden en un bucle independentista que puede terminar por empobrecerlos y aislarlos de Europa.

 

Pues como no había bastante con esto, ahora llegan los líderes sindicales de UGT, Cándido Méndez, y de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, y le dicen al Gobierno que por sus santas narices tiene que convocar un referéndum sobre sus medidas económicas y que si no irán a una huelga general. Pues que vayan, pero ellos no son nadie para arrogarse la representación de todo un país, sino de sus afiliados, nada más. No hablan en mi nombre, ni en el de muchos españoles que lo que quieren es que el Gobierno haga lo que tenga que hacer para sacarnos de esta crisis y si no nos gusta lo que hace, ya lo expresaremos libremente cuando se convoquen las elecciones generales.

 

Nadie pidió un referéndum cuando Zapatero le bajó el sueldo a los funcionarios y cuando tomó decisiones tan disparatadas como los 8.000 millones que destinó al Plan E, el cheque bebé o no las tomó, como la necesidad de reformar el sistema financiero o su empeño en no reconocer una crisis, y que nos ha llevado a este socavón económico.

 

Los chantajes no pueden admitirse en democracia porque los ciudadanos nos expresamos a través de las urnas y nadie, ni los gobernantes ni los sindicalistas, están legitimados para saltarse la Ley cuando les viene en gana, ni para amenazar al Gobierno desde una supuesta representación mayoritaria que no tienen.

 

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Paloma Cervilla el

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