Tienen razón el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, al calificar de “bochorno” y “vergüenza internacional” la primera sesión del Congreso de los Diputados, que preside la socialista Meritxell Batet; y el de Ciudadanos, Albert Rivera, al definir como un “insulto al decoro” de la Cámara  que se permita hablar a “presos polÃticos en una democracia”, como si no pasara nada.
La sesión de constitución de hoy de la Cámara Baja ha sido un espectáculo dantesco, una falta de respeto a las instituciones, en la que se ha dado una triste imagen de lo que debe ser y cómo deben actuar algunos representantes de la soberanÃa nacional.
Que cuatro polÃticos presos: Oriol Junqueras, Jordi Sà nchez, Jordi Turull y Josep Rull, puedan sentarse en un escaño del Congreso de los Diputados es, a mi juicio, una anormalidad jurÃdica, que no se entiende. Y que puedan levantarse y soltar su perorata independentista, sin que la presidenta nos los mande callar, peor aún.
Además, no se han quedado en eso, en el momento de acatar la Constitución, Junqueras ha prometido su cargo “por imperativo legal” por “el compromiso republicano y como preso polÃtico”, mientras que los otros tres presos lo han hecho “por imperativo legal y por la lealtad al mandato democrático del 1 de octubre y al pueblo de Cataluña“.
Lo que hemos vivido hoy es un avance de lo que nos espera durante esta Legislatura, en la que, a tenor de lo visto, Meritxell Batet, va a hacer bien poco por impedir que al Parlamento no se le falte el respeto. Tampoco ha hecho nada el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, que ha mantenido una breve conversación con el preso Oriol Junqueras, al pasar por su lado el lÃder independentista le ha dicho: “Tenemos que vernos” y Sánchez, según fuentes parlamentarias, le ha respondido “no te preocupes”.
Ahora solo hay que esperar que, al menos, la Mesa del Congreso encargue a los letrados un informe jurÃdico y que éste prive a los polÃticos presos de sus atribuciones como diputados. En ese caso, no podrÃan volver a ocupar sus escaños y nos evitarÃamos tener que escuchar proclamas golpistas contra la unidad de España.
Seguir a Paloma Cervilla en Twitter.
España