¿Por qué VOX no baja si el PP se dispara en votos y escaños?

Las encuestas que se están publicando sobre la intención de voto de cara a las elecciones generales del 10 de noviembre coinciden en una misma tendencia: el PSOE se estanca e incluso puede perder algún diputado, el PP se dispara y alcanza ya los 100 diputados con Navarra Suma, VOX mantiene sus 24 escaños y sigue subiendo, según la encuesta que publicamos hoy en ABC, y Ciudadanos se desploma.

La subida del PP se explica por dos razones: por un lado, la caída de Albert Rivera es consecuencia de que el voto que le había llegado de la formación conservadora regresa a su sitio natural; por otro, una parte del voto que se fue a VOX ha vuelto también al PP.

Si el PP sube por estas dos razones, principalmente, habrá otras, pero estas son las más evidentes, ¿por que VOX sigue ganando escaños y no se resiente de la fuga de votantes al PP?

Una explicación, entre otras muchas, me la daba la semana pasada un miembro muy destacado del equipo de Santiago Abascal: VOX todavía tiene un amplio margen de crecimiento entre la abstención, tanto de izquierda como de derechas, aunque es en este caladero en el que puede pescar con más facilidad. Entre la clase media trabajadora entre 28 y 45 años, autónomos y profesionales, que ven en VOX a un partido que les defiende frente a una clase política que cree que no ha solucionado sus problemas.

Porque mientras el PP se va a centrar en seguir captando el voto a su izquierda y no va a cometer el error de virar a su derecha para competir con VOX, la formación de Santiago Abascal, en lo que podría entenderse como un pacto de no agresión, tiene como objetivo la derecha del PP, con un discurso mucho más duro, que cala mejor en este electorado.

Cubierto todo el espectro del centro derecha, el asalto a la mayoría de izquierdas que, a día de hoy, mantiene Pedro Sánchez con Podemos y los independentistas, puede estar más cerca.

Fracasada la quimera de la unidad en torno a España Suma, que hubiera rentabilizado aún más los votos, este es el mal menor de un centro derecha que solo desde la unidad podrá volver a presidir el Gobierno de España.

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