En plena polémica sobre su supuesta aspiración a suceder a Mariano Rajoy si las cosas se tuercen para el presidente del Gobierno, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, se ha descolgado con unas declaraciones en las que vincula su futuro político con el de Rajoy, afirmando que abandonará la política cuando deje de ser ministro.
Sus palabras tienen una lectura interna que pienso que están relacionadas con su intención de frenar las especulaciones que se han desatado sobre sus aspiraciones a ocupar la Presidencia del Gobierno. Una carrera sucesoria que le habría llevado a ponerse de perfil a la hora de defender al Partido Popular y al Ejecutivo ante las acusaciones del extesorero Luis Bárcenas, con el objetivo de salir indemne de esta batalla. Una actitud que no ha gustado nada a sus compañeros de partido y dicen que tampoco mucho al Palacio de la Moncloa.
Pero sus palabras no son creíbles. Ya en 2008, cuando Rajoy lo apeó de las listas del PP a las elecciones generales, Gallardón, en declaraciones a ABC, afirmó que abría “un periodo de reflexión para ver si dejo la política”.
En el PP aseguran que Gallardón es consciente de que “la batalla del partido la tiene perdida” y que nunca conseguirá el apoyo para una hipotética sucesión de Rajoy. “Cuando uno no se ha trabajado el partido dentro, la gente te puede aplaudir mucho fuera, pero dentro no tienes apoyos”.
Consciente de las cosas que están pasando dentro de su partido, la secretaria general, María Dolores de Cospedal, no ha podido ser más clara: “Algunos tienen miedo o tienen vergüenza de defender la organización en la que han crecido políticamente”. Quién tenga oidos para oir (y los hay con nombres y apellidos), que oiga.
España