Nunca antes en los últimos años se había llegado a esta altura de la temporada sin que la selección española tuviera un capitán para su nave. Quedan apenas cuatro meses para que comience el decisivo Eurobasket de 2015 (en el que España se juega una plaza olímpica además del título) y todavía no tenemos seleccionador. Un problema que sorprende, incluso, a los propios jugadores, pero que no tardará mucho más en resolverse.
Vaya por delante, que en este asunto hablo desde el total desconcierto. Casi por intuición. Por descarte. Y es que, por primera vez en años, la Federación está llevando el tema con absoluta discreción. Apenas hay voces que opinen al respecto (Pepe Sáez y Ángel Palmi son las principales) y, aún así, las opciones son reducidas. La norma que impide que un técnico con contrato ACB se convierta en seleccionador deja la lista de futuribles en anecdótica y entre ellos, la figura de Scariolo emerge con más fuerza que ninguna otra. Me consta que desde la FEB se ha trabajado para eliminar esta traba, pero que no ha sido posible, lo que deja fuera de la terna a Laso o Xavi Pascual, que salvo catástrofe, seguirán en sus puestos la próxima temporada. Anoche, poco después de terminar de escribir estas letras, el programa Tirando a Fallar adelantó que Scariolo será el nuevo seleccionador. Un secreto a voces que podría hacerse oficial a mediados de semana.
La elección del Scariolo significaría no empezar de cero, lo que es una ventaja teniendo en cuenta el poco tiempo que resta para que comience el campeonato. Es quizá la razón más potente. La principal. Aunque no la única. Por que sino, Orenga tendría las mismas posibilidades de repetir… De hecho, otro motivo es el apoyo de los jugadores, que ven al italiano como un buen técnico, que tras un inicio dubitativo, supo entender la filosofía del equipo. Hay química y con él se lograron grandes éxitos.
Además, tras un primer contacto en el que Scariolo descartó la opción de volver, parece que ahora no estaría tan reacio. Al contrario. De hecho, y si no hay sorpresa, él debería ser el próximo seleccionador español. Aunque como os decía antes, esto solo son razones. Lógica. Algo que, muchas veces, no tiene cabida en el deporte profesional.
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