La baja de Calderón ha dejado tocados los ánimos en gran parte de la afición. Hay alguno que ya se ha atrevido a decirme que sin «Calde» no hay nada que hacer. Que habrá que luchar por las medallas y poco más. Que el sueño del oro se ha acabado. Yo, un optimista por naturaleza, creo que no es para tanto.
Siendo sinceros, Calderón no estaba siendo el hombre clave de otras ocasiones. No se puede dudar de su calidad, pero yo creo que Ricky estaba siendo mucho más determinante (para bien y para mal) que el extremeño. Así que, la baja del jugador de los Raptors (a ver cómo le traspasan ahora), más allá de dejar cojo al equipo, va a provocar que Scariolo le dé a Rubio los minutos que con Calderón en el equipo no iba a tener. Se acabó el 20-20. Ahora «Rookie» Rubio tendrá el peso de España. Un paso más en la carrera del base llamado a liderar la próxima generación de oro del baloncesto nacional.
El seleccionador ya no tendrá dudas de quién debe jugarse la última jugada. El trabajo de Raúl López va a ser importante en la rotación. Puede que llegue a jugar muchos minutos con el partido a favor, pero los galones serán para el de El Masnou. No hay dudas.
Tampoco las ha habido a la hora de llamar a Raúl López. A su favor había demasiadas cosas (los años de trabajo con Scariolo han pesado), aunque yo me la hubiera jugado con Sergio Rodríguez. La fantasía no conoce de sistemas y el «Chacho» es un artista del balón. Pero yo soy un optimista. Quizá por eso no soy seleccionador.
Selección Española
