Emilio V. Escudero el 02 sep, 2011 Sin mucho donde elegir, la Federación británica se ha lanzado a la búsqueda de jugadores en su página web oficial. El pasado colonialista del país, abre las puertas a muchos buenos baloncestistas, a los que se pide que llamen a las puertas de la selección. El objetivo: Londres 2012. Cuando Chris Finch se hizo cargo de la selección británica -en la primavera de 2006- sabía que la misión de llevar un equipo competitivo a los Juegos de Londres iba a ser complicada. Allí, el baloncesto vive condenado al ostracismo, en un país en el que el fútbol, el rugby y el crícket lo acaparan todo. Los chavales no sueñan con una canasta y no hay modelos donde verse reflejados. Por eso resulta complicado encontrar muñecas de calidad que ayuden al puñado de buenos jugadores que ya integran la selección. Con el compromiso de Luol Deng o Ben Gordon, ambos jugadores destacados de la NBA, el esfuerzo del basket de las islas se concentra en rodearlos de cierta calidad. Armonizar el conjunto. La falta de atractivo de la liga obliga a los directivos y técnicos a buscar el talento fuera, nacionalizando jugadores o tirando de aquellos que estudian en alguna universidad estadounidense o tienen pasado británico, por haber nacido en un país de la Commonwealth. Por ahí nació un programa para relanzar el deporte de la canasta en Gran Bretaña. Dentro del mismo, la Federación no ha dudado en lanzar un «SOS» público desde su página web. «¿Puedes jugar con nosotros?». La pregunta no llamaría la atención del visitante si el mensaje estuviera dirigido a la búsqueda de jóvenes promesas, una práctica habitual en el deporte de cantera, pero que contrasta cuando el llamamiento va dirigido a la selección profesional. «Estamos interesados en tener noticias sobre jugadores que puedan jugar con Gran Bretaña para hacer más fuerte a nuestra selección. Si crees que cumples los requisitos, rellena el formulario y nos pondremos en contacto contigo». Así reza la medida desesperada de la Federación británica, transformada en anuncio por palabras, al que acudió hace unos meses John Bantock, un joven canadiense de 19 años de padre inglés, que decidió probar suerte con el equipo de la Union Jack. «Fue Ron Wuotila -director técnico de la Federación- el que me llamó poco después de enviar el formulario para invitarme a entrenar con la selección sub 20», aseguraba en mayo Bantock a la prensa canadiense. La ilusión se transformó en esperanza meses después, cuando el alero disputaba el europeo de la categoría con la selección británica. Números discretos que no han evitado que Finch haya puesto un ojo en él para el próximo verano. Mientras la operación talento va dando sus frutos, la selección británica sigue su andadura en su segundo Eurobasket consecutivo, en el que hoy se medirá a España, con dos derrotas ya en su espalda. Luol Deng, estrella de los Bulls, será la única preocupación de los de Scariolo. Selección Española Comentarios Emilio V. Escudero el 02 sep, 2011