En Salamanca se vive el baloncesto femenino de forma especial. Lo sé por experiencia y me alegro. Han sido años de esfuerzo recompensado con títulos, alguno más importante que el conseguido anoche, pero ninguno más emocionante.
Después de una temporada muy irregular, el Perfumerías Avenida había logrado llevar la final a su cancha de Wurzburg con ventaja. Le valía ganar al Rivas para levantar el título y mantener la hegemonía en el baloncesto femenino (que existe, aunque sea permanentemente tapado en las grandes páginas por el de los chicos). Con un pabellón lleno a reventar (algo que solo pasa domingo sí y domingo también en la ciudad del Tormes), las cosas no comenzaron bien para el Avenida, que llegó a ir perdiendo hasta por 18 puntos. Desconocido el equipo de Lapeña hasta el descanso.
Ahí se produjo una transformación que llevó el duelo hasta los últimos dos minutos, donde el acierto exterior dejó el marcador apretado y sin decidir a falta de ocho segundos (65-66). Tocaba épica y vaya si la hubo. Un lanzamiento errado por parte del Perfumerías Avenida de Salamanca puso la emoción. Varios rechaces la elevaron y la falta señalada sobre la bocina por los árbitros silenciaron el pabellón (minuto 2:20 del video, cortesía de sportSalamanca). Le’Coe Willingham tenía el peso de una ciudad en sus manos. Dos tiros libres para la gloria, que la americana hizo efectivos y desató la locura. La de una ciudad que vive por y para el baloncesto femenino, mientras ve cómo el resto de deportes agonizan. ¡Enhorabuena Perfumerías!
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