Después de unas semanas complicadas para él por los rumores de traspaso, Pau está de vuelta. Sabe que la situación de los Lakers no es la ideal. Que ésta no va a ser la temporada de su tercer anillo en la NBA, pero sí es la que debe abrirle las puertas de esa posibilidad.
Los números del pívot español en los últimos cinco partidos son de auténtica estrella. Números de All Star, aunque eso vaya a ser ya un poco difícil este año. 22 puntos, 12,4 rebotes y 3 asistencias, con un porcentaje de acierto superior al 50 por ciento. Lo dicho, una brutalidad, al nivel de los mejores de la liga.
Este buen nivel de Gasol ha coincidido con un cambio de posición, más cerca del aro, como él siempre ha reclamado. Son pequeños detalles, sí, pero que cuentan. D’Antoni parece que por fin ha comprendido donde rinde mejor el español. Puede que sea tarde para los Lakers, pero el español tiene un filón si sigue rindiendo así.
Son cada vez más los equipos que piensan en él para la próxima temporada. Incluso los Lakers, ansiosos por traspasarle hace apenas unos días, han declarado que estarían dispuestos a ofrecerle una renovación que podría llegar tarde para Gasol, al que después de tanto tiempo en Los Ángeles le apetece un cambio de aires. Una renovación de objetivos. Ver caras nuevas.
Hace un par de noches, los Lakers visitaron el United Center de Chicago, uno de esos templos modernos de la NBA donde Michael Jordan hizo leyenda con seis anillos de campeón. Gasol cumplió con creces en el partido a pesar de la derrota angelina y dejó muy buen sabor de boca en la afición de los Bulls, una de esas franquicias que nunca han escondido sus preferencias por contar con el español.
Allí, si nada lo impide, jugará en los próximos años Nikola Mirotic, pilar fundamental en el proyecto que tiene en Rose a la piedra angular para devolver el anillo a Chicago. En esa reconstrucción Pau Gasol podría jugar un papel fundamental, pero no es la única. Hay muchas otras franquicias interesadas y con espacio salarial suficiente para atraer al catalán: Boston, Dallas, Cleveland, Orlando o Utah… casi cualquiera.
Su destino dependerá más de sus propias intenciones. Es decir, si prefiere ir a un equipo campeón ganando algo menos de dinero (8-10 millones de dólares) o si prefiere firmar un gran último contrato, con cifras más cercanas a los 14-15 millones. Sea como fuere, lo más importante para él es que siga con esta rutina de números. Sólo así será posible que su elección sea más sencilla.
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