Emilio V. Escudero el 27 oct, 2010 Hoy me ha costado más madrugar. Al llegar al trabajo, me he dado cuenta de que había más silencio del habitual y que la máquina de café tenía una cola inusual para la calidad del brebaje que emana de allí. Las caras largas, los rostros desaliñados. Todo apuntaba al mismo sitio. Sí, señores, anoche arrancó la nueva temporada de la NBA. Cada año, sobre estas fechas, pasa lo mismo. La legión de aficionados al baloncesto americano sacrifica sus horas de su sueño para disfrutar con los magos del balón del otro lado del charco. A sabiendas de que la mañana, al día siguiente, será dura, no renuncian a su pasión. Así que, hoy, los trabajos, están llenos de zombies. Benditos zombies. La cita no era para menos. Además del «tip off», con un partidazo entre Celtics y Heat, estaba la fiesta de los Lakers, recogiendo el anillo de campeón de la pasada campaña y la revancha de Phoenix y Portland de los últimos play offs. Más allá de la emoción del momento, la noche fue de decepciones. La primera, en la frente. «Pido perdón a los que pensaban que íbamos a ganar 82-0», ironizó Wade tras la derrota, la primera, del megaproyecto de Miami, que se estrelló en su visita al Garden. Allí, como siempre, el motor del equipo fue el público… y un espectacular Rajon Rondo (¡17 asistencias!). Otra de las decepciones, esta ya consabida, fueron los Suns. La marcha de Stoudemire a Nueva York ha dejado huérfano a Nash, al que le faltan manos para encontrar sus pases mágicos y eso lo van a notar durante todo el año. Por último, decepcionaron los Lakers en su fiesta. Sufrieron, remontaron y ganaron, pero no mostraron una buena cara. Falta Bynum y es pronto para que las nuevas piezas se hayan acoplado, pero el triunfo por la mínima y en el último segundo no es una buena carta de presentación para el campeón. NBA Comentarios Emilio V. Escudero el 27 oct, 2010