Pau Gasol puede respirar tranquilo. Ya puede centrarse solo en el baloncesto. Pensar en los Lakers y en ganar otro anillo, algo que será complicado tras los movimientos que hizo el conjunto angelino antes del cierre del mercado.
Las últimas 48 horas habían aclarado un tanto el panorama de Pau Gasol. Las palabras de Mitch Kupchak, agradeciendo su “comportamiento profesional” daban por zanjado su traspaso y los Lakers abrían otras posibilidades. La primera fue el fichaje de Ramon Sessions, un base de segunda línea, que ahora será titular con la camiseta oro y púrpura. El joven jugador de los Cavaliers llega a los Lakers de la mano de Christian Eyenga, pívot que jugó en el Joventut, a cambio de Luke Walton, Jason Kapono y una primera ronda del draft. Un intercambio que manda fuera a dos jugadores que no contaban para Mike Brown. [Todas las novedades del mercado, aquí]
Lo de la titularidad de Sessions vino después, cuando se supo, casi sobre la “bocina” del la hora límite, que Fisher había sido traspasado a los Rockets. El veterano base de 37 años era una institución en Los Ángeles, pero ya estaba en declive. Jordan Hill, un ala pívot muy prometedor, pero que ha fracasado allá donde ha ido, refuerza unos Lakers que tendrán complicado luchar por el anillo, pero a los que les vendrá bien esta savia nueva.
El día amaneció en Orlando con la confirmación de que Dwight Howard renunciaba a su opción de ser agente libre en verano y que se quedaría una temporada más en los Magic. Era el inicio de un conjunto de operaciones poco lustrosas, que no cambian mucho el panorama de los aspirantes al anillo. Ni Miami consiguió el pívot que buscaba, ni los Bulls movieron el equipo.
Lo único que quedó claro es que los Blazers están en plena descomposición después de traspasar a Camby y Wallace, y despedir a su técnico, Nate McMillan, ese que desquició a Rudy Fernández y a Sergio Rodríguez en la NBA.
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