El hábito hace al monje, que dice el refranero. Y además, es verdad. Porque si hace unos días veíamos a Lewis Hamilton parando a cambiar ruedas en el garage de McLaren, ayer fue José Manuel Calderón el que se confundió en su camino a los vestuarios.
Era la primera visita del extremeño a Toronto tras su traspaso a los Pistons. Al final del partido, cuando los jugadores enfilaban el túnel camino de las duchas, Calderón tiró de costumbre. La que le había llevado por el camino de la izquierda durante casi ocho años en el equipo canadiense. El base de los Pistons se dio cuenta a tiempo, ya que su presencia en el vestuario de los Raptors tras la derrota que le acaba de propinar su equipo no hubiera sido lo más prudente.
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