Será la segunda vez que haya un clásico en la Final Four, lo que permitirá, sí o sí, ver a un equipo español en la lucha por el título del domingo. Ambos llegan a este punto de la temporada empatados a victorias, con dos por cada bando que se han traducido en un título para cada uno.
El Real Madrid empezó golpeando con el triunfo en la Supercopa y el Barcelona hizo lo propio en la Copa del Rey. Luego, en la Liga Endesa, una victoria para cada equipo, con ambos vencedores en su casa. Dos por dos y un quinto enfrentamiento que decidirá cuál será el rival en la final de CSKA u Olympiacos.
Por primera vez en muchos años, el favorito es el Real Madrid. Pablo Laso ha conseguido armar un conjunto muy sólido en solo dos temporadas, con una dosis de talento y desparpajo que se ha convertido en su nota característica. La fortaleza blanca está en la velocidad y el juego exterior, donde el técnico vasco maneja tantas alternativas que es realmente complicado que no le funcione alguna de ellas.
El puesto de base está claramente desequilibrado a favor madridista, con dos hombres que llegan en un estado de forma pletórico como Llull y Sergio Rodríguez y un especialista defensivo como Draper, capaz de salir para amargarle la noche a Navarro, Huertas o cualquier “bajito” azulgrana que esté especialmente acertado. La seguridad de Sada no lo es tanto este año, ni tampoco la imaginación de Marcelinho Huertas, ambos rindiendo casi siempre a un nivel inferior a sus posibilidades, lo que ha lastrado el juego azulgrana. Tampoco la irregularidad de Jasikevicius ha ayudado a mejorar esa faceta, donde los azulgranas han sufrido mucho en sus enfrentamientos contra el Real Madrid.
El perímetro azulgrana es la parte más golpeada por las lesiones y las bajas. A la de Pete Mickeal (la gran ausencia por su enfermedad), se une la dolencia intermitente de Juan Carlos Navarro. La que le hace ser duda en cada encuentro y que pone su rendimiento en entredicho. Sin él en pista, la vulnerabilidad del Barcelona sería total, pero por suerte para ellos, el capitán estará en las semifinales ante el Real Madrid. Junto a él, Álex Abrines, el gran beneficiado por las bajas, que han dejado explotar el talento del joven internacional español. Y con ellos dos, Wallace e Ingles, dos secundarios al principio de temporada, que han tenido que asumir roles principales y cuya amenaza exterior es su mejor virtud. En el caso del congoleño nacionalizado, la duda será su estado físico, ya que su único entrenamiento con el equipo fue el realizado ayer en Londres.
Por dentro, la que parecía la única parcela de verdad favorable al Barcelona, ya no lo es tanto después de la baja de Jawai. Sería un milagro si el australiano jugase esta noche con una rotura del tendón peroneal del pie derecho, pero estamos en un momento de la temporada en el que no hay nada que reservar, así que habrá que esperar hasta el calentamiento para saberlo. Sin él, el juego interior azulgrana sería más vulnerable, sobre todo por la falta de efectivos. Tomic y Lorbek se quedarían muy solos en la zona, donde Todorovic tendrá que asumir un papel más principal del que estaba llamado a desempeñar a estas alturas de su carrera.
Con todo a su favor, al Real Madrid solo puede pesarle la presión y la responsabilidad de llevar 18 años sin jugar una final. De hecho, solo 6 de los jugadores blancos han estado alguna vez en una cita de estas características, las mismas que acumula Juan Carlos Navarro.
CSKA-Olympiacos
La otra semifinal será la del morbo. La repetición de la final de la pasada temporada, con el CSKA recordando cómo se le escapó un título que en 2012 parecía estar hecho para ellos. Por potencial, los rusos son mejor equipo, con más talento y dirigidos con mucho tino por Etore Messina, pero los griegos tendrán de su parte el público y ya han demostrado que, aunque siempre lleguen de tapados, son capaces de mostrar su mejor versión en este tipo de citas.
El partido será un campo de minas. Un choque táctico al máximo con los dos entrenadores ejerciendo de estrategas. El que esté más acertado en esa partida de ajedrez será el rival por el título de los españoles.
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