La pregunta se las trae. Porque si fuera fácil de responder, seguramente yo no estaría aquí escribiendo o Scariolo no estaría tan preocupado. Francia, el principal favorito para repetir título, juega además en casa, en un estadio acondicionado para que 27.000 gargantas empujen a “Le Bleus” hacia el éxito. Un laberinto de dimensiones gigantes ante el que se ha plantado la selección. El “plan de partido”, la palabra más repetida por Scariolo en la previa de las semifinales, pasa por cinco premisas principales. Cinco claves que la selección no debe olvidar si quiere tener éxito ante Francia esta noche (21.00 horas, Cuatro).
1. Defensa, defensa y defensa. No hay más. Es el mantra de Scariolo, que a fuerza de repetirlo tantas veces se ha grabado en los jugadores. España es aún uno de los equipos que más puntos encaja del campeonato (78,3), aunque ante Grecia ya pudo verse una gran mejora en este aspecto. La irrupción de Víctor Claver en el equipo ha ayudado, pero también la actitud general. La presencia de Rudy (de nuevo una incógnita por su espalda) es fundamental ante el físico portentoso de Francia.
2. Concentración durante 40 minutos. Frente a Serbia, fue un bajón antes del descanso y otro al final del tercer cuarto; contra Italia, una montaña rusa; ante Polonia casi medio partido; y en el duelo contra Grecia, apenas tres minutos. Los despistes de la selección han ido a menos aunque ante Francia no vale con minimizar los daños. Hay que reducirlos a la nada. Como decía Llull, hay que “hacer un partido perfecto” y eso pasa por evitar los altibajos que han penalizado a la selección durante todo el torneo.
3. Balones a Will… pero con más recursos. Recordando aquella escena de “El príncipe de Bel Air”, en la que Will Smith jugaba al baloncesto y todos los balones pasaban por sus manos para anotar, la selección ha vivido durante muchos minutos de este campeonato de pasarle el balón a Gasol. Un recurso que ha salvado al equipo en ocasiones, pero que le hace muy previsible. Ante Polonia y Grecia, la selección jugó buenos minutos sin “Will” en la cancha y otros jugadores como Mirotic, Sergio Rodríguez o Llull tomaron la iniciativa ofensiva, algo que debe ser una costumbre hoy para complicar la defensa a los franceses.
4. Parar a Parker. Hay pocos genios en el baloncesto europeo y uno de ellos es sin duda Tony Parker. Es de ese tipo de jugadores que aparecen muy de vez en cuando y que, aunque esté en el equipo rival, hay que saber aplaudir. Hoy España, lo que tendrá que hacer es pararle al igual que hizo con Spanoulis. Parker, anota y encuentra a sus compañeros. Es un buen pasador y sabe encontrar a los hombres altos en posiciones cómodas. España deberá hacerle una defensa colectiva, pero sin olvidar el resto del peligro.
5. Corazón y memoria. Aunque de puertas para fuera el vestuario de la selección haya querido pasar página de la derrota sufrida hace un año en el Palacio de Deportes de Madrid, lo cierto es que aún escuece y que muchos de los que estuvieron allí y hoy no defienden el escudo de la selección están ansiosos por ver a sus compañeros vengando aquella afrenta. La ocasión es perfecta. No hace mucho tiempo del mazazo, el escenario es similar y el premio -la final europea y una plaza en los Juegos- es incluso más jugosa que la de antaño.
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