Llevaba dos días aquí y aún no había pisado la ciudad. Entre unas cosas y otras, se hace complicado sacar tiempo para dar una vuelta y acercarse a la gente. Los Ángeles no es una ciudad que me guste especialmente, pero he de reconocer que tiene algo especial. Me llama la atención esa mezcla de glamour y decadencia que rezuma cada esquina de la ciudad.
Como decía, hoy me había propuesto llegar pronto al pabellón y ver cómo respiraba la gente tras los traspasos. Tenía curiosidad por saber cómo había caído el adiós de Derek Fisher y el frustrado traspaso de Gasol y la sensación que me llevo es que hay una satisfacción contenida… siempre partiendo de la base de que la fogosidad no es la seña de identidad de la afición de los Lakers. Me explico.
Viendo las opciones que había y cómo estaba yendo la temporada, el apaño que hizo a última hora Mitch Kupchak ha dejado satisfecha a la parroquia dorada y púrpura, aunque todos tienen un ojo en el verano, cuando sí que exigirán una renovación mayor. “Ramon (Sessions) es un buen chaval que nos va a hacer ganar partidos. Queremos mucho a Derek (Fisher) pero su tiempo aquí había acabado“, me cuenta un padre de familia, que viene al baloncesto con sus dos hijos. Como él, otros muchos ven lejos el anillo, pero “si Jordan Hill mejora y Bynum no se lesiona, podemos soñar, amigo”. ¿Jordan Hill? Sí, aquí todo lo que huele a diamante no pulido gusta y siempre está la esperanza de que explote con la camiseta de tu equipo, a lo Jeremy Lin.
Me detengo con dos aficionados que visten la camiseta de Gasol. Sé que no habrá más que flores para el español, pero es una buena forma de empezar. “Estamos contentos con que se haya quedado. Es un gran jugador que nos puede dar mucho todavía”. Mientras hablamos, se para otro grupo que discrepa. “Gasol sí, pero queremos a Superman”, increpa. Aparece en escena el sueño de todo Laker fan: Dwight Howard. Buen jugador, joven, una máquina de hacer dinero fuera de la cancha. “Les damos a Pau y a Bynum si hace falta”, apuntan.
Los hay más pausados y críticos. Son los que no se olvidan del sambenito del Gasoft (juego de palabras entre Pau y blando. Esos apuntan al verano como a su posible salida. “Le damos las gracias, pero si a cambio de él podemos tener a Howard, pues mejor”. ¿Y por qué no a los dos? Les pregunto. “Hey man, are you kidding me?” (¿nos estás tomando el pelo?). Personalmente creo que eso no sucederá. Y no porque Pau vaya a salir, sino porque a este Superman le van más las luces de la Gran Manzana que las de Hollywood.
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