ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs Notas del Espía Mayor por Javier Santamarta del Pozo

¿El Coronavirus mata más que el machismo?

¿El Coronavirus mata más que el machismo?
Las ministras mirando con cariño a su amado líder... o al menos a una parte de él. ¿Pecado o delito? En versión de Ricardo Sánchez #RisconegroCreatividad
Javier Santamarta del Pozo el

Estaba escuchando desde mis aposentos sanlorentinos como Espía Mayor la radio, cuando un diálogo entre Elia Rodríguez y Fernando Sánchez Dragó en el programa La mañana de fin de semana, me recordó aquellos versos inmortales del poeta sevillano Gutierre de Cetina. Aquellos de «Ojos claros, serenos / si de un dulce mirar sois alabados, / ¿por qué si me miráis, miráis airados? / Si cuanto más piadosos, / más bellos parecéis a aquel que os mira, / no me miréis con ira, / porque no parezcáis menos hermosos. / ¡Ay, tormentos rabiosos! / Ojos claros, serenos, / ya que así me miráis, miradme al menos».  No hace falta que se imaginen de qué voy a hablarles, imbuidos como estamos en este neopuritanismo de un populismo de izquierdas, que es tan de izquierdas como dicen ser feministas, y que tienen de izquierda y de feminista lo que yo de vegetariano. Un neopuritanismo que es capaz de meter en el mismo saco una «mirada lasciva» con una violación. Como lo oyen. De traca

Piropos de otra época, con versos de Gutierre de Cetina, plasmados por el maestro Mingote.

Por supuesto que no voy a defender el baboseo ni el que la gente se ponga ordinaria cual verraco, o a bramar como si anduviera en plena berrea, porque pase a su lado alguien del sexo que sea que le guste al susodicho. Pero de ahí a mezclar el mal gusto con un delito penal, va un trecho. Largo. Y creo que no es tan difícil de comprender que, en esta cruzada por la mujer, la inclusión y lo políticamente correcto, vamos a acabar absolutamente atontados. Y esperemos que sin un efecto péndulo pernicioso. Ver machismo estructural, heteropatriarcado institucional, señoros peligrosos de saltar cuál lobo de Tex Avery sobre la indefensa doncella, y gigantes donde no son sino molinos, empieza a ser algo que roza el ridículo. Como cuando la Fiscalía ha visto no sé qué tipo de delitos de machismo ofensivo ¡en las señales de tráfico!

El Presidente Obama y el Presidente Sarkozy, cometiendo un presunto delito.

No sé si es que las flechas les parecen representaciones fálicas ofensivas, o los pictogramas con coletas, faldas o pantalones, en tiempos en que cada cuál puede elegir el género que quiera al margen de su sexo y, desde luego, ir vestido como le salga de las correspondientes gónadas, les confunden en lo que la Fiscalía y las expertas consultoras asesoras de Igualdad (esas que no sabemos ni su preparación ni lo que nos cuestan), ven.

Obra de Toulouse Lautrec

Lo que me recuerda una anécdota de Toulouse Lautrec, donde escandalizó a unas adalides de la moralidad con un famoso cuadro donde un señor todo atildado, está sentado en una alcoba ante una mujer corta de ropa y ante el que exclamaron: «¡Qué vergüenza! ¡Viendo cómo se desnuda una mujer ante él con ese descoco», a lo que el genial pintor les explicó: «Están ustedes equivocadas, señoras mías. Él es el marido, y ella la esposa. Es su noche de aniversario, y él está esperando que ella se termine de vestir para ir a la ópera a celebrar sus esponsales». Lo que sería un ¡zas, en toda la boca!, como suele decirse ahora.

 

El caso es que con esto de las miradas, andamos todos que no se van a librar más que en los cenobios de férrea clausura, y observancia severa. Me dirán que me estoy tomando a choteo un tema de lo más serio. No. Se lo toman esos ministerios creados para perpetuar la desigualdad, como el que preside Irene Montero, a base de tomar por retrasadas mentales a las mujeres. Y confundiendo la igualdad de derechos reflejada en la Constitución de 1978, esa que quieren modificar pero para cargarse todo el entramado haciendo tabula rasa. Y que lo dice de lo más clarito en su artículo 14, aunque la Vicepresidenta Carmen Calvo, profesora de Derecho Constitucional (¡confesaos pillen a sus alumni!) lo niegue porque no bonita no, ¡a ella le van a enseñar feminismo, que estudió con las Madres Escolapias, que buenas son las sores! ¡Más sororidad que ellas, imposible! Y entre veras y bromas, el 5º mejor país del mundo para ser mujer según el Women, Peace, and Security Index, de la Universidad de Georgetown, y el 1º más seguro para que una mujer viaje sola, según el Índice de peligro para la mujer, elaborado por los asesores Asher & Lyric y publicado por National Geographic, resulta que es un nido de acechadores libidinosos prestos al salto del tigre para desgarrar a bocaos a cuanta mujer sola y borracha vaya por la calle.

Un par de señoros en el Congreso de los Diputados comprobando el estado de la Nación.

Yo, qué quieren que les diga, no sé qué tipo de hombres rodean a estas mujeres, que por cierto, ambas dos citadas y pese a su diferencia de edad, han hecho lo que han querido con sus vidas. En lo personal y lo profesional, sin que parezca que el heteropatriarcado feroz les haya impedido nada. Calvo nació en 1957, estudió lo que le apeteció, y lleva ya cuatro ministerios de bagaje y una Vicepresidencia, entre otras canonjías. Montero en 1986, en pleno apogeo socialista y, de familia humilde, ya es ministra con 32 años, tres hijos en el país en que «no se pueden traer hijos» según ella misma dijo ya embarazada de mellizos, y un chaletaco en zona pija viniendo de las Juventudes Comunistas. ¡Maldita España en que no se puede vivir ni prosperar!

Mientras, mujeres sufren abusos y violaciones. Asesinatos y maltratos. Hombres se suicidan, o le son arrebatados sus hijos sobre la presunción de culpabilidad. Y todo este problema real, no se arregla con memeces buenistas ni campañas de despilfarro cuando la Sanidad es lo prioritario en un país con 50.000 muertos. Centrémonos en lo que es prioritario DE VERDAD. Luchemos en erradicar lo erradicable. Pero pongamos todos los esfuerzos en no hacer el ridículo, porque mientras quien hay quien siga pensando que España es una gran hoguera donde se persiguen a las mujeres cual Alemania luterana y protestante, donde teníamos la mejor sanidad del mundo se ha muerto la gente a decenas de miles. Pero ya se gritó en un malhadado 8 de marzo, que el machismo mataba más que el Coronavirus. Hay quien se lo ha creído.

 

Actualidad

Tags

Javier Santamarta del Pozo el

Entradas más recientes