El análisis de más de 200.000 galaxias espirales llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Kansas ha revelado que existe una inesperada relación en sus direcciones de rotación. El patrón formado por esos vínculos podría estar diciéndonos que en sus primeras etapas, hace miles de millones de años, el Universo en que vivimos estaba girando. Lo cual se opone frontalmente a las ideas cosmológicas establecidas.
El astrónomo Lior Shamir, que ha liderado la investigación, acaba de presentar esos resultados en la 236 reunión de la Sociedad Astronómica Americana, que por primera vez se celebra de forma virtual a causa de la pandemia de Covid-19.
Desde los tiempos de Edwin Hubble, en las primeras décadas del siglo XX, se
ha pensado que el Universo se está inflando sin seguir ninguna dirección en particular, y que en él las galaxias se distribuyen más o menos uniformemente y sin una estructura cosmológica concreta. Pero las observaciones de Shamir y su equipo de un patrón geométrico en las más de 200.000 galaxias estudiadas sugieren que, después de todo, el Universo sí que podría tener una estructura definida, y que el Universo primitivo podría haber estado girando. El estudio, en efecto, muestra que incluso en zonas muy distantes, separadas por un océano de espacio y de tiempo, las direcciones de rotación de las galaxias espirales tienen una estrecha relación.
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