Es emocionante vivir haciendo ruido, no con el ordenador, ni el portátil, ni siquiera el equipo, sino con un móvil, en un low-fi demencial, bajo un cielo post industrial de un Madrid hiper-musculado que a mí, particularmente, me daba miedo esta tarde en el parque con toda esa corriente fláccida haciendo footing a punto del cardíaco. Es emocionante digo, escuchar así de repente un disco nuevo al completo increíble de los U2. Guau!
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