La oposición no está ni se le espera. El dÃa que nos sonrojan las conversaciones filtradas de la Operación Lezo, con SMS incluido de Rafael Catalá a Ignacio González. El dÃa que por fin un juez toma medidas contra Jordi Pujol Jr. y lo envÃa a prisión sin fianza, después de haber evadido a sus anchas hasta 30 millones de euros desde 2012, a Podemos no se le ocurre otra que vetar a Iñigo Errejón de la tertulia de Angels Barceló en la Cadena Ser, para convertirse en el foco del ridÃculo.
Lo más patético ha sido querer imponer en un medio de comunicación privado a su portavoz. Allá que va Irene Montero queriéndose colar en el programa sin ser invitada. ¡Por que yo lo valgo! Con el beneplácito del macho alfa en aras de una malentendida feminización. Dando unas explicaciones absurdas vinculadas a su último juguetito mediático, el tramabús, y que si es Cebrián quién dicta órdenes y ha dejado a Montero plantada como revancha por su caricatura.
No se entiende el amor-odio de Podemos por el grupo Prisa, al que les gusta denominar «máquina del fango» cuando no se pliegan a sus intereses, pero a quién tienen muy en cuenta cuando deciden dónde invertir publicidad, como demuestra unas cuñas facturadas a la Cadena Ser para las elecciones generales de 2016 por valor de 85.758,75 euros disponibles en su portal de transparencia.
«El jefe es el jefe» dice Pablo Iglesias señalando a Cebrián, él que podÃa ostentar sólito el puesto de jefe de la oposición, al estar diluido el PSOE sobreviviendo a sus primarias, pero lo único que se le ocurre es purgar y montar un número detrás de otro.
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