El fin de año chino acaba de tener lugar esta semana, tras lo cual los habitantes del gigante asiático huyen durante una semana a otros destinos.
El primer destino de vacaciones es la misma China, en cualquiera de sus múltiples facetas. Hong Kong y Macao, verdaderos centros de la moda y el juego, respectivamente, se llevan la palma.
Pero lo que más le gusta a los chinos de gran poder adquisitivo, aparte de una buena gastronomía, son las compras en el extranjero. La mayor variedad y el menor precio son un aliciente.
Japón sigue siendo uno de sus destinos favoritos, cercano pero distinto, con tiendas de todo tipo y una cultura gastronómica importante. En 2014 lo visitaron 2,2 millones de chinos.
Corea del Sur, otro destino cercano, les resulta igualmente atractivo, aunque no tanto como el país nipón.
Estados Unidos sigue siendo un destino usual, principalmente en el estado de California, que en 2013 registró más de 800.000 turistas chinos. Muchos de los turistas de más alto nivel visitaban Napa Valley en busca de inversiones. Nueva York crece a buen ritmo en su número de visitas. A los Estados Unidos les sigue Australia.
Pero Europa conquista, aunque avanza poco a poco. En general, Francia se lleva la palma como destino cultural y de compras, con Suiza como número 2 -está claro que algunas motivaciones no son únicamente de puro turismo.
Las Maldivas, no tan lejos de China como de Europa, suponen un destino prioritario de descanso y viaje de novios.
Y Dubai atrae a los chinos por su originalidad, sus centros comerciales y su impecable servicio. Y es que, según Bain & Co, un 76% de las compras de artículos de lujo y servicios de alto nivel de los chinos tienen lugar fuera de sus fronteras. No es de extrañar, pues a la escasa tradición se le une la política de austeridad auspiciada por el gobierno chino.