Noticia mundial. ¿Y qué? Miuccia Prada nunca ejerció -de facto- la Presidencia y más que de un verdadero cambio, se trata de un mero formulismo. Veamos los detalles contados desde un conocimiento profundo y directo del tema.
La compañía Prada Fratelli la creó el abuelo de Miuccia Prada hace exáctamente 100 años, en 1913.
Cuando Patrizio Bertelli conoció a Miuccia Prada, entró a formar parte de una empresa que también pertenecía a los hermanos y primos de la diseñadora.
El verdadero propulsor del motor de Prada en los 80 fue Patrizio Bertelli, emprendedor incansable e intelecto privilegiado. Miuccia por su parte, añade filosofía y diseño inconformista, que no es poco. Y es la imagen de la casa y de la marca MiuMiu, hecha a su imagen y semejanza.
Los éxitos del Grupo Prada con sus filiales Prada, MiuMiu, Church y Car Shoe no dejan de sorprender cada temporada desde hace más de dos décadas. Pero el reparto legal de los roles, Presidencia para Miuccia y Dirección General para Bertelli, era más bien una pantomima ficticia para no molestar el apellido Prada. Allí “monta tanto Isabel como Fernando”.
No obstante, con el devenir de los tiempos y unas relaciones a veces tirantes, en las que una parte es la soñadora y otra la pragmática, han encontrado útil colocarse equidistantes del poder como co-directores del grupo
y darle el cetro de la Presidencia a un encantador e inteligente personaje que tuve la suerte de conocer en mi época en Prada: Carlo Mazzi, antiguo vicepresidente y director financiero que goza de la confianza de Miuccia y de Bertelli.
Carlo Mazzi es una persona moderada, que a menudo lleva las riendas en operaciones cruciales como la salida a bolsa, los tratos con inversores o los planes de financiación. Es la “balsa de aceite” que hace que funcione el engranaje en un grupo cada vez más enorme y exitoso.
Prada sigue creciendo, aun en tiempos de crisis a un 10% anual, como si con ellos no fuera la cosa. Eso es maestría.
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