Oliver Goldsmith es una de las casas de manufactura de gafas más antiguas que se conocen y siguen abiertas. Un negocio que permanece familiar y que comenzó en 1926, cuando Oliver Goldsmith creó su pequeño taller de lentes en Londres. Desde entonces, han seguido poco a poco con su profesión, dedicándose a elaborar algunas de las gafas más simbólicas de todos los tiempos.
Sofía Loren, Grace Kelly, Michael Caine y Audrey Hepburn han sido algunas de las estrellas de cine que han confiado su imagen a esta prestigiosa casa de ópticos visagistas, que modelan cada pieza según los deseos del cliente, adaptándola a las proporciones de su cara, nariz, orejas y cejas, hasta dar con una proporción perfecta.
Además de las nuevas líneas ya elaboradas, en su central de All Saints Road en Londres, atienden individualmente en su salón de té, junto a su exposición principal, la biblioteca y el taller, a todos los clientes que deseen tener un par de gafas completamente a medida. Primero se elige la forma deseada, más tarde el material en el que se llevarán a cabo, el color, las lentes y sus características. Luego llega el “fine-tuning”, con la adaptación casi matemática de las gafas a los rasgos principales de cada cliente. Se puede marcar el nombre de cada persona en el interior de las varillas. Como el mismo Oliver Goldsmith decía, no entendemos como “la gente se preocupa de cambiar de ropa y accesorios cada día y se olvida de la importancia de sus gafas, que presiden su cara y su imagen”.
Actualmente, Claire Goldsmith lleva las riendas de esta magnífica marca que va por su cuarta generación. Estos días se presentan los modelos KOKO -redondeadas, de acetato en damero de varios colores- y NORUM – cuadradas en réplica de concha jaspeada marrón o verde-. Siempre impecables.
