La historia de éxito de Victoria Beckham, se adorna ahora de humor. La ex-Spice Girl ha causado sensación al participar en el gag musical “Carpool Karaoke ”.
Michelle Obama, Madonna, Jennifer López, Mariah Carey, Will Smith o Adele, son algunos de los “compañeros de dueto” del presentador y comediante James Corden, que esta semana ha contado con Victoria Beckham para su famoso “Carpool Karaoke”, una sección de comedia dentro de su programa.
“The Late Late Show with James Corden” ha deleitado a los fans de la cantante-diseñadora, que más bien en playback y con algún grito, ha acompañado a Corden en su repaso musical en coche.
Y esto ocurre en la misma semana en la que la ex Spice “Posh” se ha mostrado con una curiosa camiseta de su propia colección, que supuestamente explicaría los motivos de su permanente seriedad. ¿Y por qué Victoria Beckham nunca sonríe? Su respuesta, de una manera curiosa, ha aparecido en su cuenta de Instagram, ya que la británica ha aparecido fotografiada ex-profeso con una leve sonrisa llevando una camiseta blanca en la que se leía “La moda me robó la sonrisa”.
Victoria se ha unido así a la moda de las prendas blancas con mensaje, tal y como aparecieron en el último desfile de Christian Dior, el primero ideado por Maria Grazia Chiuri. Como la ex Spice Girl no da puntada sin hilo, aprovechó su propia percha para promocionar su nueva colección y esta prenda, que se vende en negro o blanco -y en edición limitada- en la web de la cantante por 122 dólares.
Lo cierto es que ver a Victoria Beckham sonreír dos veces en una semana, ha llamado la atención, ya que suele ser fotografiada con una seriedad total. Ya se sabe, que en cuanto a temas de comercialización, la Beckham sabe como hacer las cosas: no en vano convirtió a su marido, un guapo más soso que una “papa sin sal”, en todo un producto estrella del marketing deportivo durante años. Ahora, después de impulsar a su hijo Romeo a participar en una campaña publicitaria de Burberry con solo 10 años, se dedica a una tarea más difícil: lanzar a su hijo mayor, Brookllyn, el menos atractivo y fotogénico de la familia, al mundo de la moda. Teniendo en cuenta que al chico en cuestión no se le conoce ninguna capacidad especial ni ninguna hazaña -aparte de haber salido con Chloe Moretz- será meritorio que lo lance al estrellato mundial. Pero lo hará.
Victoria Adams comenzó en 1993 como miembro de el grupo The Spice Girls, en el que se le adjudicó el sobrenombre de “la pija”, algo que realmente distaba de la realidad pero que se encargó de convertir en profecía autorealizada con el tiempo. Se casó con David Beckham en 1999, encargándose de convertirle a el una estrella con grandes contratos promocionales en la moda y el deporte. Años después, comenzó con una linea de vaqueros para “Rock and Republic”, pero no tardó en lanzarse por su cuenta con gafas y vaqueros propios. En 2008 lanzó su propia marca de moda y empezó a desfilar en Nueva York con sus colecciones en 2011.
Este año, ha sorprendido con un desfile extremadamente masculino en el que las modelos aparecían con trajes de chaqueta y pantalón de corte muy amplio, tonos oscuros y sin detalles decorativos. La rigidez y simpleza de las prendas, incluidas camisas de hombre y algunas corbatas, se acompañaban de calzado plano, lo nunca visto en una mujer que no se bajaba de los tacones ni para hacer un saque de honor en un partido de futbol.
Las capacidades de Victoria para vender su imagen con acierto, convirtiéndose en una de las mujeres más fotografiadas del planeta, han colaborado a su éxito empresarial. Hace seis meses, con 42 años, 4 hijos y un imperio de moda, aceptó la propuesta de Estee Lauder para crear su propia marca de cosméticos de alta gama que ya ha empezado a venderse en todo el mundo.
De modo que, con una vida profesional y personal plena, y un físico cada día mejor, tras 20 años de cirugías, Victoria Beckham no tiene más razón para no sonreír que esas encías tan visibles que muestra cuando ríe con gana y que tanto la acomplejan. Ya era hora de que cayese en la cuenta de que su tremenda seriedad ante los flashes, no añadía ni encanto ni el tan necesario humor inglés al éxito de una familia de estrellas que vive a golpes de Instagram.
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