Kim Kardashian no deja de sorprendernos. Esta semana, se paseaba por las tiendas de París vestida con un atuendo que la hacía parecer un verdadero “Huevo Fabergé”, una de esas esculturas ovales que -con decoraciones complicadas y creativas- alcanzan gran valor.
Los huevos de Fabergé son joyas escultóricas creadas por Carl Faberge para los zares rusos y la nobleza rusa a finales del siglo XIX. Decorados con profusión, a menudo se utilizaba oro, plata, cobre, paladio y esmaltes para acabarlos. La técnica del gilloché, un grabado sobre metal, se utilizaba con maestría. El cuerpo principal se elaboraba con piedras semipreciosas como la malaquita, el jaspe, el lapislázuli o el jade.
Kim planea su boda con Kanye West en París y nos ha regalado uno de sus “impactantes” looks. Pero eso en ella no es novedad. Kim tiene un don para esto de dar la nota.
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