El peinado es parte principal de la imagen personal y a menudo, el símbolo más reconocible de la persona. Muchas actrices y cantantes famosas, parte importante de la iconografía mundial, consiguieron su éxito en parte debido a un acertado cambio de peinado. Tal fue el caso de Marilyn, que entre otras cosas, cambió su pelo por el peinado más famoso de la historia.
Debbie Harry, la cantante de Blondie, incluso otorgó el nombre a su grupo musical al cambiar su color de pelo.
Madonna era solo la hija díscola de unos emigrantes italianos cuando llegó a Nueva York, nada que ver con la brillante empresaria y “ambición rubia”.
Quizás en el caso de Kate Moss tengamos que decir que estaba mejor antes.
La famosa melena rubia de Sarah Jessica Parker, hizo soñar a fashionistas y admiradores durante la serie de Sexo en Nueva York.
Y ya casi nadie se acuerda de la racial Mariah Carey de los comienzos, allá por los ochenta.
Y es que un buen cambio de peinado modifica a veces la fisonomía de la persona por completo, cambiando la percepción incluso sobre su edad e incluso su raza.
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