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Blogs Laboratorio de Estilo por María Luisa Funes

El riesgo de ser demasiado moderno

El riesgo de ser demasiado moderno
María Luisa Funes el

«Nada tan peligroso como ser demasiado moderno. Corre uno el riesgo de quedarse súbitamente anticuado» , Oscar Wilde.

La prensa inglesa se ha hecho eco del look con el que la Reina Letizia ha vuelto a aparecer tras los posados de Mallorca. Se preguntan cómo habrá sentado entre los españoles que la Reina haya ido al cine vestida con vaqueros rotos, zapatillas de deporte y camiseta de estilo indie.

Decía Christian Dior que para que una mujer fuese elegante tenía que respetar tres consignas fundamentales: sencillez, buen gusto y un impecable cuidado personal, características que no cuestan dinero alguno pero que requieren atención.

El viernes pasado, al acudir con Don Felipe a ver la última película de Luc Besson, «Lucy», Doña Letizia llevó al límite el modelo de pantalones con el que cualquier bellezón de cuarenta años –como ella– debe aparecer en público–. Los rotos de sus vaqueros, por su posición y efecto, incluso parecían el resultado de una caída en bicicleta.

Los dictados de la moda ya no van de arriba hacia abajo, sino desde el «pueblo llano» a los cazadores de tendencias y las casas de moda, y de allí a los armarios de clientas con alto poder adquisitivo. Así se pusieron de moda los pantalones caídos que algunos presos llevaban en Estados Unidos o los vaqueros decorados con escudos y calaveras de las «tribus» neoyorkinas. «Maltratar vaqueros» es un hábito común entre las marcas de tejanos: desde que la imagen del oeste americano se convirtió en el venerado becerro de oro a finales de los años 60, no hay mejor éxito comercial que desgastar los vaqueros una y mil veces.

El sistema de la moda impulsa un cambio de tendencias cada seis meses y –ante la falta de nuevas ideas interesantes– convierte en aceptable lo ridículo y se recurre a atuendos imposibles que distan de ser elegantes. Es por tanto recomendable mantener la prudencia a la hora de adoptar nuevas las tendencias de moda, porque algunas no casarán con nuestra edad, nuestro físico o nuestras circunstancias. Todo tiene su momento.

Si la apariencia y la actitud definen a la persona, hay que poner atención a lo que se lleva a cualquier hora del día. Recordemos que tuvo más peso en la elección de John F. Kennedy su elegante estilo relajado en las fotografías familiares de Hyannis Port, que los trajes de chaqueta corrientes que llevaba en sus campañas.

 

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