Carlota de Mónaco ha brillado, como siempre, en el último Baile de la Rosa de Mónaco. Curiosamente, tanto Carlota como Carolina de Mónaco, vestÃan de Chanel.
Lagerfeld es el modisto habitual del principado, e incluso estaba en el baile. Pero la cuestión es que Carlota eligió un vestido muy discreto, de media manga y falda de largo midi, mientras que su madre escogió otro Chanel, pero quizás poco favorecedor, escotado y de corte años 20.
Quizás a Carlota le bailaba el vestido, pero iba elegante. En cambio, a Carolina no le favorecÃa un modelo que descubrÃa sus brazos y escote, excesivamente amplio en la cintura y caderas.
A partir de cierta edad, no está de más tapar un poco el “pellejo and company”. Y es que Carlota deberÃa haber llevado el vestido de su madre y Carolina el de su hija. Hubiera sido una escena más armónica y agradable a la vista.
La que volvió a girar todas las cabezas y promete convertirse en la heredera de Gracia de Mónaco es Beatrice Borromeo, la novia de Pierre Casiraghi.
Las ausencias de Charlene y de Gad El Maleh no chafaron la fiesta. Al fin y al cabo, ellos han sido los últimos en llegar al clan y son los menos afortunados en glamour e impacto mediático.
Los enamorados Pierre y Beatrice -con un Armani metalizado-  fueron los verdaderos protagonistas del LXI Baile de la Rosa, un genial invento de Gracia de Mónaco para dar el pistoletazo de salida anual a la temporada de fiestas y turismo monegasco.
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