ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs La capilla de San Álvaro por Luis Miranda

Fe sin martillazos

El que quiera conocer la necesidad real de muchos de los pasos que se han puesto en este tiempo en la calle no tiene más que hablar de las procesiones a personas ajenas a las hermandades

Fe sin martillazos
Acólitos en la procesión de la Virgen de la Fuensanta. FOTO: VALERIO MERINO
Luis Miranda el

Nadie podrá olvidar el aire de Domingo de Ramos que tenían las calles Torres Cabrera, San Álvaro y hasta la inhóspita Cruz Conde con los magnolios esperando a la Divina Pastora una tarde de septiembre. Hacía algunas semanas que los cofrades amenazaban con levantarse si no se les dejaba proclamar la fe en las calles y el empuje de unas cuantas cofradías y la mejora de las cifras de la pandemia convencieron a las Administraciones para abrir la mano.

De aquellos días que terminaron con una noche inolvidable que siguió por el Campo de la Verdad con la Virgen del Rayo se conservan unos cuantos memes, que además de divertidos resultaron eficaces, y hasta la casi convocatoria de manifestaciones que pedían recuperar el culto público en las calles. Al cabo de este año, la lluvia fue lo único que dejó a las hermandades en sus iglesias, y tan a pecho se tomaron muchos lo de las calles que no han dejado de salir. Lo ordinario y lo extraordinario, lo que cumple con una tradición y lo que aspira a serlo en el futuro, lo que nace con la raíz de cierta devoción y aquello que se justifica mucho más en la afición a lo que se pone en la cabeza y tapa los ojos dejando la cara a la vista, y no al revés.

El que quiera conocer la necesidad real de muchos de los pasos que se han puesto en este tiempo en la calle no tiene más que hablar de las procesiones a personas ajenas a las hermandades, y mejor todavía si son cristianos practicantes. Muchos se esforzarán en comprender y otros pocos se extrañarán de saber que ciertas imágenes existían y hasta preguntarán si era necesario que salieran a las calles cuando no se recuerda a mucha gente que las visite en sus templos todos los días.

No cambia nada, en realidad, porque son imágenes que representan y proclaman las verdades de la fe, pero cuando está a punto de cerrarse el ciclo de la normalidad a secas, sin adjetivos que la anulen, estaría bastante bien que alguien declarase la necesidad de volver también al culto interno de las iglesias, la adoración y las oraciones que no necesitan levantarse a martillazos.

Liturgia de los días

Tags

Luis Miranda el

Entradas más recientes