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Blogs La capilla de San Álvaro por Luis Miranda

El planeta

Las calles se vuelven a vaciar por decreto y nadie puede hacer planes para la semana siguiente

El planeta
Nazarenos de la Santa Faz. FOTO: VALERIO MERINO
Luis Miranda el

«El planeta debe ser nuestro estadio». Lo dijo Emilio Butragueño en 2005, cuando la primera etapa de Florentino Pérez como presidente del Real Madrid agonizaba entre fracasos de fichajes que salían más en el colorín que en la prensa deportiva. No era una profecía arriesgada, porque la televisión ya había llevado a que se proclamasen madridistas muchos que no nunca asistirán a un partido en el Bernabéu, pero al cabo del tiempo aquel club que el pobre Buitre había visto ruinoso jugaba en todas las pantallas del mundo y hasta en los suburbios de África se veían camisetas de Cristiano Ronaldo. Ahora que el fútbol se juega en estadios vacíos la mayor parte de los aficionados no notará más diferencia que la de ver las gradas de pega que ponen en las pantallas.
Las cofradías han crecido de una manera parecida a la del fútbol, con la ayuda primero de los viajes, después de los vídeos y más tarde de la reproducción infinita de internet, que lleva a todas partes aquello que se graba millones de veces. No le leído a nadie decir que su capilla tiene que ser la cristiandad entera, pero estos débiles pasos con los que se quiere salir de la tristeza del coronavirus sí que a veces pueden caer en la lógica del espectáculo televisado. Todo el mundo pensó que había sido un hito aquella salida del Gran Poder a la plaza de San Lorenzo el día de su cuarto centenario, pero yo sólo conozco a una persona que lo viviera. Alberto Villar nos puso los dientes largos a los que fuimos a su conferencia al contarnos la estampa del camino del Señor en el atardecer dulce de Sevilla. Sí, era como un chorro de luz y esperanza en tiempos que volvían a ser más duros, pero en absoluto parecido a aquella bulla bendecida en una mañana de noviembre de cuatro años antes.
Ahora que las calles se vuelven a vaciar otra vez por decreto y nadie es capaz de hacer planes para después de la semana siguiente hay muchos que caen en la cuenta de que echarán muchos días de menos los empujones de un desconocido, la queja de una señora en una sillita portátil, el roce de un nazareno que pasa por la acera y hasta el calor de los costaleros que acaban de salir en un relevo. Las imágenes pisan las calles para que las vea pasar todo el que quepa por ellas: van y vienen a encontrar y a buscar sin más límites que los físicos. Si eso falla no queda más que abrir las iglesias, si es que se puede, y seguir emitiendo misas y cultos para los que no podrán salir de su casa. Para llegar a todo el planeta con imágenes en la calle siempre van a ser mejores los vídeos de hasta 2019.

Liturgia de los días

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