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Blogs La capilla de San Álvaro por Luis Miranda

Cofradías en las señas

Cofradías en las señas
Luis Miranda el

Antes pensaba que las devociones antiguas de Córdoba habían salido perdiendo frente a otras más actuales o más pequeñas al pensar los lugares que se rotularon con sus nombres. Aquellas los tuvieron extramuros de la ciudad antigua, casi siempre en parajes por los que nunca pasarían, mientras que a partir de la década de 1990 ya era posible que estuvieran cerca de sus iglesias, en los sitios en que viven sus devotos más próximos.
La avenida de la Virgen de los Dolores se rotuló en el parque Cruz Conde, ya cerca de la avenida del Aeropuerto, y la de la Virgen de las Angustias entre la Cruz de Juárez y Valdeolleros en los años 80, creo que por el cuarto centenario del nacimiento de Juan de Mesa. Jesús del Calvario tuvo años después una calle, rematada con un azulejo magnífico, junto a su misma casa de San Lorenzo, y la plaza que se llamó del Corazón de María ahora lleva el nombre del Cristo de Gracia, que abraza a sus devotos en el templo trinitario que allí se abre. Lo mismo pasa con la plaza del Cristo del Amor. Las hermandades ya tenían más peso por entonces y el Ayuntamiento las escuchaba.


Con los años, y conforme las cofradías tomaban peso en la ciudad llegaron muchos títulos más, pero en los últimos queda la sensación de que no son más que rótulos en un espacio que tampoco necesita identificarse. Nadie duda de que la Virgen de la Paz y Esperanza merezca una calle en Córdoba, pero quizá estaría mejor que fuese en un lugar que pudiera ser la dirección de alguien, como el coetáneo paseo del Cristo del Descendimiento. Enrique Báez, uno de los grandes músicos del siglo XX en Córdoba, merecía mucho más que lo que tuvo. Las calles de Jesús Caído y del Señor de la Humildad y Paciencia esperan el momento de poblarse.
Los jardines de Pedro Gámez Laserna, de la Virgen de la Merced y sobre todo de la Estrella no están mal y al menos son lugares en que la gente puede sentarse, pero con los últimos no sé si queda el sabor de que se ha conseguido reconocer a personas que han hecho mucho por la Semana Santa y por la ciudad, y a cofradías con décadas a sus espaldas, pero sólo con un cartel rojo. Los suyos están satisfechos y eso es lo principal, y desde luego están en rincones coquetos del Casco Histórico, pero quizá después de todo tenga más sentido la avenida de Jesús Rescatado con toda su vitalidad comercial a no tantos metros. Que hasta los Ayuntamientos hayan querido orillar el nombre para hablar del centro comercial abierto de La Viñuela y no nombrar al Señor tal vez sea la señal de que el mejor lugar es por donde la gente pasa.

Liturgia de los días

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