Excrupier y estudiante de Empresariales en la Universidad de Michigan, el joven de 23 años Ryan Riess decidió hace un año mudarse a Las Vegas para hacer carrera como profesional del juego. No le ha salido mal el intento, después de que esta madrugada se llevara el torneo principal de las Series Mudiales de Póker, en el Hotel Río de Las Vegas. Su recompensa asciende a 8.361.570 dólares, más de seis millones de euros. En las horas previas, Riess tuiteó con gran confianza en sí mismo y en la suerte: «Este va a ser el mejor día de mi vida». También es cierto que el segundo premio no habría sido un mal consuelo. El aficionado Jay Farber se lleva otro pellizco descomunal: 5.174.357 dólares.
Riess, que era el jugador más joven de la mesa final de estas WSOP, confesaría después de su tiunfo que ha sido el trabajo de diez años. «He soñado con esto durante mucho tiempo, incluso desde que tenía 14 años y vi ganar a Chris Moneymaker». El de Michigan llegaba al mano a mano final algo por detrás en número de fichas (87 millones frente a 105), pero en dos docenas de manos se puso por delante y en 91 logró hacerse con el premio y el honorífico título de campeón del mundo. Eran las seis y media de la mañana en España.
Quizá faltó algo de emoción en el duelo final, desde que Farber se puso por detrás. Al final, realizó varios intentos desesperados, hasta que se topó con el As Rey de corazones del campeón, una mano que, como se ve, también gana de vez en cuando.
La partida pudo ser vista en internet y televisión, gracias al canal ESPN, así como por los 1.600 espectadores que llenaban el teatro Penn & Teller del Hotel Río. Entre ellos abundaban los seguidores de Riess, que llevaban camisetas con la leyenda Ryan the Beast. Y la bestia se comió al panda, símbolo adoptado por Farber y los suyos. El subcampeón, por otro lado, no piensa dejar su trabajo. De momento ha conseguido un poco de publicidad.
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