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Heinz, el alemán de los nueve millones de dólares

Federico Marín Bellón el

«Es el día más feliz de mi vida. No puedo creer lo que ha pasado. Es irreal». Lo podía haber dicho una miss, un goleador en una gran final o, como es el caso, Pius Heinz, justo después de ganar 8,7 millones de dólares como campeón del torneo principal de las WSOP. En esos momentos no se puede pedir más. El jugador alemán, fichado hace unos días por PokerStars, también acertó a decir que se limitó a «intentar estar concentrado y no cometer errores».

Fotos: PokerStars

El primer alemán que gana las Series Mundiales de Poker nació en Colonia hace 22 años (era el segundo más joven de la mesa final) y procede del poker online, como casi todos los jóvenes cachorros. Empezó a jugar hace cuatro años, después de ver un torneo en televisión. Después de practicar en unas pocas partidas con sus amigos, entendió que se trataba de un juego de habilidad e hizo una inmersión de aprendizaje, hasta alcanzar unas ganancias en internet de unos 700.000 dólares.

Apenas tiene experiencia en vivo, aunque terminó séptimo en otro torneo de estas WSOP, el pasado mes de junio, y ganó 83.286 dólares. Después se llevaría en Barcelona un torneo turbo que le dio 17.000 dólares más. El anticipo.

 

 

Parece ser que recientemente se mudó a Austria para evitar los efectos colaterales de la ley del juego aprobada en su país. El tipo tiene la suerte añadida de que gracias a los acuerdos existentes entre Alemania y Estados Unidos, el fisco estadounidense no aplicará su habitual mordisco al premio. Estas cosas siempre son complejas, pero parece que no le van a quitar demasiado de sus cerca de seis millones de euros.

Por internet, en julio de 2010 ganó un premio de 61.000 $ en Full Tilt (imaginamos que sacó su dinero a tiempo) y poco después otro de 29.000 $ en PokerStars, donde juega con el pseudónimo de MastaP89. Es muy aficionado a los torneos. Ahora más. En el torneo principal de las WSOP prefirió participar el primero de los cuatro días en que se dividió la primera jornada, para irse a casa cuanto antes si, como era de esperar, resultaba eliminado. Se tuvo que quedar hasta noviembre. En la mesa final, su madre tuvo que abandonar el teatro Penn & Teller porque estaba de los nervios. Se entiende, porque casi nadie tiene el entrenamiento cardiovascular de los padres de Nadal.

 

 

Sus 8,7 millones de dólares son el cuarto premio más alto ganado nunca en un torneo de poker. La bosa de premios total de estas WSOP, las terceras más grandes, ascendía a más de 64 millones. En Estados Unidos, la mesa final pudo verse casi en directo, por el canal deportivo ESPN, con un retraso de apenas 15 minutos y sin «aislamiento», por lo que no era muy difícil para los jugadores saber qué tipo de manos y rangos estaban jugando sus rivales. En el resto del mundo, cada uno hizo lo que pudo para verlo por internet, con unos horarios que tampoco ayudaban nada en Europa.

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