Dan Goldman, jugador y antiguo ejecutivo de PokerStars, ha desvelado en su blog que la compañía estuvo a punto de firmar en 2006 un acuerdo de colaboración con James Bond. «Casino Royale», que incluye escenas de juego, se iba a rodar en las Bahamas, muy cerca de donde se celebra cada año la Poker Caribbean Adventure, uno de los mayores torneos del mundo. El acuerdo incluía a otras marcas, como Sony, Smirnoff, Omega y Aston Martin, pero por algún motivo aquellos planes se frustraron. PokerStars acabó superando a PartyPoker, pero no fue gracias al agente 007.
En diciembre de 2005, PartyPoker todavía dominaba el negocio todavía incipiente del poker online, así que un acuerdo con una franquicia cinematográfica tan fiable y exitosa era un caramelo al que los entonces propietarios de PokerStars, Isai y Mark Scheinberg, no podían resistirse. En 2006 tendría lugar la segunda edición de la PCA (mi primer torneo de póker, semilla de este blog). en el Atlantis Resort de Isla Paraíso, en las Bahamas. Todo comenzó con un comentario casual de uno de los responsables del hotel, quien puso en contacto a Dan Goldman con la productora de cine Eon Productions, quien se preparaba para rodar a muy pocos metros, en The Ocean Club. Cuando Goldman supo que la escena cumbre de «Casino Royale» tendría lugar en una mesa de póker, en lugar del habitual baccarat, los ojos le empezaron a hacer chiribitas. (Quien quiera una versión más larga del relato, además de la fuente original, en inglés, puede leerla en Poker Red).
Dan y el responsable de Eon empezaron a trazar grandes planes, incluido un imposible torneo de póker cuya mesa final sería la misma que la de la película, con 100 millones de dólares en premios, también como réplica a la ficción. Goldman llegó a reunirse con otras marcas asociadas con la producción, como Aston Martin, Sony, Omega, Heineken, Smirnoff, British Airways, Atlantis, Sunseeker Yachts, Brioni y Electronic Arts. Las perspectivas eran inmejorables para la empresa de póker. Sony incluso quería grabar una serie completa y algunas de las otras empresas también habían pensado en toda clase de acuerdos comerciales. Mientras, la productora del filme organizó una excursión en yate con los representantes de una veintena de marcas y parte del reparto, incluido Daniel Craig. La guinda fue un torneo con 20.000 dólares en premios para todos ellos. El propio Goldman ganó un ordenador Sony valorado en 2.500 dólares. Estaba «impresionado».
El resultado fue que algunas de estas empresas terminaron firmando como patrocinadores de diversos torneos de PokerStars, que llegó a incluir el logo de la película en su página web. El plan más inmediato era organizar un torneo en las Bahamas con diez millones garantizados en premios, dos de ellos para el campeón. La parte negativa es que, a estas alturas, PokerStars ya se había gastado más de 300.000 dólares y unos cuantos salarios extra, sin conseguir casi nada concreto todavía. Empezaron a firmarse extensísimos contratos y un ejército de abogados se adueñaron del escenario, hasta que, por sorpresa, los representantes de Eon dejaron de atender las llamadas.
Al final, los ejecutivos de Eon Productions se rajaron. Les parecía un negocio demasiado arriesgado, incluso para su más intrépido agente secreto. El siguiente paso fue prohibir a PokerStars la mera utilización del del nombre de James Bond y del logo 007. Luego, en septiembre de aquel 2006, llegó la famosa UIGEA, la ley que prohibiría el póker por internet en Estados Unidos, previa al no menos célebre Viernes Negro. Goldman recurre a una cita de otra película de la saga Bond, «Muere otro día», para explicar sus sentimientos:
–Bond (Pierce Brosnan): ¿Crees en la mala suerte?
–Jinx (Halle Berry): Digamos que mis relaciones no parecen durar.
–Bond: Conozco la sensación.
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