Ya hemos hablado aquí sobre el ajedrez de tres pisos de «Big Bang» y pudimos ver un vídeo de recopilación con 101 mates de cine, algunos brillantes y otros desastrosos. En los últimos tiempos, quizá solo sea una falsa percepción, he detectado un incremento de escenas ajedrecísticas en el cine y la televisión, por no hablar de los títulos directamente dedicados a nuestro juego y de la publicidad. He aquí una pequeña muestra, que espero que crezca poco a poco.
Empiezo con «Oficina de infiltrados» («Le bureau des légendes») porque es una de mis series favoritas de los últimos tiempos y además no es del todo conocida. Mattieu Kassovitz encabeza el reparto de este «Homeland» a la francesa, más entrañable y verosímil que el americano, aunque parezca un milagro la forma en que los guionistas resuelven la permanente huida hacia adelante del protagonista. El ajedrez, además, no es un mero adorno. Tiene importancia capital en la creación de Eric Rochant, sobre todo al final de la segunda temporada. Espero con ansia la cuarta temporada, después de tres en las que la tensión ha subido a cotas impensables. Sara Giraudeau (Marina), Jean-Pierre Darroussin (Duflot) y el resto de personajes se te quedan pegados durante mucho tiempo.
Hace casi un año le dediqué este texto en ABC Cultural, en el que también hablaba de la siguiente serie.
«El marginal» es otra joya semidesconocida, sobre una persona que también se esconde por razones profesionales bajo una identidad falsa, dentro de un penal argentino. El catálogo de personajes es asombroso. No tan «queribles» como los de arriba pero únicos y no menos memorables. El alcaide corrupto (Gerardo Romano), el inimitable Diosito (Nicolás Furtado) y el pequeño Pedro (Brian Buley) no son menos importantes que Juan Minujín, que adopta el apropiado apellido de Pastor. El ajedrez solo sale en segundo plano.
«Sucesor designado» no es tan brillante como las anteriores, pero es muy entretenida. La forma en que Kiefer Sutherland accede a la presidencia es realmente original. Aquí el ajedrez también es un mero recurso, dentro de la Casa Blanca (arriba) o en un parque (abajo), aunque se nota que a los responsables les gustaba subrayar su presencia en lo encuadres.
El regreso de «Expediente X» no ha sido demasiado destacable en el panorama actual de series, pero si el aficionado tiene paciencia, se topará con esta escena. Un tablero aparece en una de esas ocasiones en las que Mulder (David Duchovny) mete la nariz donde no debe.
«Glow» es una de las sorpresas del pasado verano. Habla de un grupo de chicas entregada a la lucha libre –hacer una buena serie con semejante punto de partida tiene mérito– y el ajedrez solo sale de refilón, en forma de caballo, aunque con una conversación que remarca la idea. De todos modos, poco importa el deporte que salga en pantalla si lo practica Alison Brie, que está sensacional.
En la tercera temporada de «Narcos» ya no aparece Pablo Escobar. Alguno de sus sucesores es carne de presidio, donde por supuesto no falta el típico plano de reclusos jugando. Poco más que decir en el plano «ajedrecil», aunque la serie sigue siendo excelente.
«Absentia» supone el regreso de Stana Katic a la televisión, después del final de «Castle» (un nombre también ajedrecístico). Aquí la chica es una agente del FBI desaparecida y dada por muerta mientras perseguía a un asesino en serie, que reaparece seis años después. El manido recurso suele ser un buen punto de partida, pero aquí no termina de funcionar.
Las visitas de Javier Gutiérrez a su vecino aficionado al ajedrez en «El autor» tenían que salir en pantalla, después de que Javier Cercas las describiera con tanto interés en su novela. El desarrollo de las partidas es menos creíble, sin embargo. La película, muy personal, es una de las más interesantes del último cine español. Ganó dos premios Goya de nueve nominaciones.
«Spectre» es la vigesimocuarta película de James Bond, margen más que suficiente para saber que el agente 007 prefiere el póker. En esta escena, sin ir más lejos, Daniel Craig saca una pistola con un tablero de por medio, una de las jugadas menos elegantes que recuerda nuestro noble juego.
En «American gods» Ricky Whittle y Peter Stormare juegan a las damas, pero valoramos su esfuerzo intelectual y lo reseñamos aquí, también porque la serie de Amazon es de las más originales que se recuerdan, aunque también puede ocurrir que el espectador lleve varios capítulos y no sepa ni de qué va. Parece que los lectores del libro tienen ventaja (como casi siempre).
«El fin de la comedia» es un buen ejemplo de serie con cómico que hace de sí mismo, lo que es un riesgo aún mayor si el protagonista es Ignatius Farray, uno de los más salvajes a este lado del Ebro. Joaquín Reyes, que ya hacía parodias de Karpov hace años, vuelve a sentarse frente a un tablero en uno de los episodios. Serie muy divertida, pero para espectadores sin prejuicios.
La última película de Ridley Scott, «Todo el dinero del mundo», será siempre recordada más por lo que no muestra (a Kevin Spacey) que por lo que aparece en pantalla, aunque esto sea notable. Christopher Plummer, sustituto urgencia, da vida a J. Paul Getty, que como tantos magnates es un buen aficionado al ajedrez.
«Alpha Go». Termino (de momento) con este excelente documental dedicado a la victoria de la inteligencia artificial sobre el hombre. Ya hablé aquí del prodigioso Alpha Go y en esta otra entrada de su no menos increíble sucesor, AlphaZero. Temblad, terrícolas.
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