La BBC lanzó hace unos días un vídeo en el que trata de hacer el ajedrez algo más divertido, una pieza en la que Kasparov y Short se juegan el campeonato mundial de Nuevo Ajedrez y en el que vale casi todo. Bien grabado y con momentos ingeniosos, el vídeo no parece haber gustado a todo el mundo, como puede verse por los comentarios en Youtube. Personalmente, estoy a favor de hacer humor casi sobre cualquier cosa, pero reconozco que me desagrada el final, en el que Kasparov vence (lo siento por el spoiler, que diría un seriéfilo) al orinar sobre las piezas de su rival.
La película, de dos minutos y 35 segundos de duración, muestra una batalla sin cuartel en la que sobre el tablero aparecen peones que se desmayan o se convierten en espías (y se esconden detrás del «Mirror»), caballos transformados en unicornios, alfiles peleados y reyes gays…
Llegado un punto, la partida se desmelena y surge hasta un pequeño balón en medio de la nieve; no falta ni el consabido muñeco. Las reglas mutan a toda velocidad, con pequeños toques de golf, monopoly y hasta poker. Incluso la reina Helen Mirren tiene tiempo de recibir un merecido Oscar por su actuación.
El final, como comentaba antes, es en mi opinión el único detalle de mal gusto, pero parece que a algunos es lo que más les divierte.
Para terminar, recupero este vídeo mítico en el que Joaquín Reyes parodia a Karpov. «La hora chanante» nos permite comparar el humor británico con el manchego, pero no caigamos en el maniqueísmo, como suele ocurrir en estos casos. Ambos pueden ser magníficos… o muy malos.
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